ESPECIAL SEMANA DE LA EDUCACIÓN
El lenguaje de la flexibilidad llega a la enseñanza de idiomas
Sin olvidar que nada marca más diferencias que un buen profesor, la tecnología y la digitalización han abierto nuevas vías hacia la personalización
Inmersión lingüística desde la infancia: principales beneficios
Aprender un idioma distinto al materno puede favorecer la oportunidad de mejora profesional, pero también conecta a las personas en un mundo cada vez más globalizado. La lengua extranjera se estudia en la enseñanza obligatoria en colegios e institutos, y de manera voluntaria en ... escuelas de idiomas, universidades, academias y a través de plataformas. La tecnología y las propuestas innovadoras y flexibles han abierto sin duda nuevas posibilidades en el aprendizaje de los idiomas, pero la guía y la tutorización de los docentes sigue siendo fundamental.
Un ejemplo es el centro de idiomas de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED Idiomas). Aquí se promueve el aprendizaje de lenguas, incluidas las cooficiales de España, mediante la modalidad en línea o semipresencial. Su directora, Pilar Rodríguez Arancón, doctora en Filología Inglesa, detalla las cifras: «Tenemos 16 lenguas. Hay matriculados 9.000 alumnos, incluidos los cursos intensivos del verano. El inglés es el más demandado, con casi 5.000 alumnos; seguido del francés, con algo más de 1.200; italiano, algo más de 600; y el alemán, con casi 500».
Sobre la vigencia de la enseñanza en línea, Rodríguez Arancón explica que es consecuencia de nuestros hábitos y circunstancias: Los idiomas tienen una parte cultural muy importante que se desarrolla mucho mejor si la clase se realiza cara a cara. Pero por la vida que llevamos resulta difícil reunir a un grupo de alumnos y a un profesor a la misma hora en el mismo sitio. Y lo intentamos compensar con la enseñanza en línea, porque es más fácil acoplarse».
La flexibilidad de la enseñanza en línea permite que el alumno pueda desarrollar por su cuenta la comprensión lectora y la auditiva. Pero según la directora de UNED Idiomas, «la expresión necesita alguien que te corrija y que te oriente». «Esa cuestión la intentamos compensar con las aplicaciones, un buen profesor y buena didáctica», sostiene.
En cuanto a los retos de la enseñanza de idiomas, Rodríguez Arancón estima que existe un escollo importante: «Ahora se enseña mucho mejor que antes, pero en la EBAU no se examina de comprensión auditiva ni de expresión, lo que obliga al alumno a volver al método tradicional de repasar gramática. Se deja de evaluar la comprensión y expresión orales que van a ser fundamentales en casi todos los grados universitarios, que exigen al menos la posesión del B1 en un segundo idioma, normalmente inglés, para egresar».
'Fomento de la Lectura. Leer en el siglo XXI' es el eje temático de esta edición
El estudio 'Cifras clave de la enseñanza de lenguas en los centros escolares de Europa', en su edición de 2023, conocido como 'Informe Eurydice' y publicado por la Comisión Europa, señala que en UE el francés fue la segunda lengua extranjera más estudiada en educación primaria y en la primera etapa de educación secundaria, el 5,5 % y el 30,6 % del alumnado de estos dos niveles, respectivamente. En la segunda etapa de secundaria el 18,9% de los alumnos lo estudian.
En países como España lo cursa más de un 10%. La investigación revela que entre 2013 y 2020 se ha registrado un aumento de 5 puntos en la proporción de alumnado que se inclina por este idioma. Eva Chamorro Guillén, doctora en Filología francesa que ejerce como docente de la lengua de Molière desde hace veinte años en la Escuela Oficial de Idiomas (EOI), avala esta tendencia: «En la EOI noto mayor demanda del francés en los últimos cursos».
La pedagogía de la enseñanza de los idiomas ha variado, «afortunadamente», dice Chamorro, ahora profesora de la EOI de Valdezarza, en Madrid: «Cuando empecé a estudiar, el objetivo era la gramática. También nos ponían audios con un cassette, para oír y repetir conversaciones. Ya hace un tiempo se ha impuesto el método comunicativo, en el que se tienen en cuenta la expresión oral y escrita de los alumnos, así como la comprensión oral y escrita. El papel de los alumnos es mayor, como su implicación. El profesor tiene que orientales hacia cierto autoaprendizaje».
Chamorro se apoya en la tecnología para la preparación de las clases: «Hay muchos recursos didácticos online. Me ayudan a organizarme también las aulas virtuales como repositorio para próximos cursos». Muestra la docente cierto recelo ante el futuro: «Los pasos del modelo de enseñanza son presencialidad, luego semipresencialidad y finalmente online. Se quiere imponer lo online porque así se precisa menos personal. Y yo me pregunto si puede un ordenador sustituir a un profesor. Eso es lo que se pretende, aunque no creo que el resultado fuera óptimo». Con el fin de mejorar el nivel, apuesta por el estudio en el extranjero para que se produzca la inmersión, «con cursos de verano, Erasmus….
La llegada de la IA
La apuesta de Classgap, según Albert Clemente, su CEO, se basa «en intermediar entre alumnos de todo el mundo, también de España, para conectar profesores y poder realizar clases online». Con este método se están formando ahora 120.000 alumnos.
Clemente detectó la despersonalización del modelo online, que estaba siendo dirigido hacia servicios asíncronos, cursos, píldoras, videos. Su propuesta consiste en «trasladar la experiencia de las clases tradicionales presenciales, con su punto más personalizado y forma de aprendizaje más excelente, al modelo online». Profesores de carne y hueso al otro lado de la pantalla.
Solo el 22% de españoles habla inglés con fluidez
«Pretendemos humanizar este proceso con las herramientas que las clases tradicionales tienen, que son básicamente interacción entre personas y por lo tanto aprendizaje a la medida, tanto en contenido como en velocidad. La formación que ofrecemos son clases con un profesor que está el total del tiempo con el alumno formándole en la materia que necesita», añade.
Considera Clemente que la tecnología continúa su evolución en al ámbito de la enseñanza de los idiomas: «En el sector hubo un momento en que el modelo online obligaba a que la persona tuviera una fuerza de voluntad muy grande y que guiara su propio aprendizaje. Y se ha trabajado para humanizar este proceso».
La inteligencia artificial forma parte de las herramientas para personalizar el método. Para Clemente, «facilita el trabajo de los profesores y la forma en la que los alumnos pueden ir evaluando su progreso». Hace dos años que Classgap utiliza la inteligencia artificial. «Sirve, por ejemplo -afirma su consejero delegado-, para generar un plan de trabajo individualizado antes de comenzar las clases. Estamos básicamente añadiendo funcionalidades como si fuera un coprofesor que puede ir guiándote y ayudándote en paralelo al profesor que te está supervisando y trabajando contigo».
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