El quinto en discordia
Gobierno en descomposición
No se sabe bien cuánto tiempo podrán resistir pero desde luego lo que queda claro es que lo que no pueden es legislar
Vuelta a la casilla de salida (25/2/24)
España cerró la semana con la electricidad más barata de la historia
Hay varias lecturas económicas que se pueden hacer de la descomposición del Gobierno a la que estamos asistiendo. Con independencia de cuál vaya a ser el desenlace y de cuáles vayan a ser los plazos de unas nuevas elecciones generales, lo que evidencia la ... situación actual es la debilidad absoluta del actual Gobierno en el Congreso de los Diputados. En estas circunstancias no se sabe bien cuánto tiempo podrán resistir pero desde luego lo que queda claro es que lo que no pueden es legislar. Y esa incapacidad legislativa para la economía es una buena noticia. Siempre sería mejor alguien que legislara a favor pero, visto lo visto, desde luego que no está mal que no se legisle en absoluto. La actual debilidad del Gobierno les impide tratar de impulsar cualquier tipo de medida. Los peajes que le iban a exigir sus eventuales socios son inasumibles sobre todo desde el punto de vista de imagen y más en la campaña electoral permanente en la que estamos inmersos. No ser capaces de sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado en su primer año de legislatura es una buena medida del momento absolutamente crítico en el que se encuentran.
Mirando más allá de esta legislatura, que el presidente del Gobierno tire de manual de resistencia se va a traducir en un menoscabo enorme -ya veremos si irreparable- para el Partido Socialista, lo que probablemente le condene a un largo periodo en la oposición una vez que salgan del Gobierno. Hace unos días, no recuerdo bien quién comparaba la situación política actual con lo que se vivió tras la amarga victoria de Felipe González en el año 93. Los años siguientes en lo político fueron agónicos y sentaron las bases para el largo primer mandato del Partido Popular de la democracia. En términos económicos hay que recordar que esos años fueron el prolegómeno del periodo más prospero de la economía española en mucho tiempo.
Hoy podemos estar en una situación parecida. La economía se puede beneficiar mucho de un bastante probable y próximo cambio de gobierno que en lo económico de un giro de 180 grados a los planteamientos y arbitrariedades del actual, y que además esté alineado con comunidades autónomas y ayuntamientos. Nos encontramos en los primeros compases del tercer superciclo de la economía española en estos últimos 50 años. El descalzaperros político actual sienta las bases para un periodo largo de gobierno del Partido Popular que podría aprovechar para dar alas a la economía española. Ya solo es cuestión de tiempo y no parece que vaya a ser mucho.
La luz por los suelos
En este inicio de año hemos tenido muy buenas noticias en lo que se refiere al precio de la electricidad. La combinación de un gas y derechos de emisión bajos y la mezcla de fuerte viento y lluvia últimamente ha llevado a que España cierre la semana con la luz más barata de la historia. Se trata sin duda de buenas noticias que muchos -no todos, depende del tipo de contrato- verán reflejado en su factura mensual y que sirve también como claro contrapunto a la crisis energética que comenzó hace algo menos de tres años. Frente a los apagones y cortes de suministro que se vaticinaban hace no tanto, récords históricos de precios a la baja.
Como pasa siempre en estos casos, las buenas noticias no son tan noticia y hoy no abundan los reportajes de lo que supone por ejemplo para un panadero que esté pagando el precio más bajo que ha pagado nunca por encender el horno. En economía, las buenas noticias no es que sean menos noticia sino que directamente no son noticia.
Evidentemente, de la misma forma que cuando el precio alcanzó máximos hace pocos meses no había que dejarse llevar y titular como entonces se tituló anticipando desastres que luego no llegaron, ahora tampoco hay que pensar que estos precios hayan venido para quedarse. La alineación de astros que se han dado ahora difícilmente se puede mantener en el tiempo y, por otro lado, la demanda se recuperará de la mano sobre todo de la industria electrointensiva.
Sin embargo, el mercado una vez más está pecando de cortoplacista y las eléctricas cotizadas han tenido un muy mal arranque de año porque se han visto arrastradas por el mal comportamiento del precio 'spot' de la luz. Una eventual subida del precio o un amago de operación corporativa supondría una buena prueba de fuego para los muchos inversores oportunistas que han abierto posiciones cortas últimamente. La cortedad de miras del mercado se ha visto magnificada por el papel cada vez mayor de la gestión pasiva y de los algoritmos en la gestión. Lo que ha pasado últimamente con las compañías eléctricas cotizadas constituye otro buen ejemplo. Habrá quien lo aproveche.
Diversifiquen
La Bolsa americana está en máximos. Y en contra de lo que de saque se pueda pensar, el hecho de estar en máximos no es razón para vender. De hecho, bien pensando, las Bolsas se pasan gran parte del tiempo en máximos. Sin embargo, lo que hay que analizar es la forma en la que se ha llegado a esos máximos. A estas alturas es de sobra conocido el importante papel que han jugado esta vez pocas empresas tecnológicas en el comportamiento de los índices globales últimamente. Su tamaño relativo hace que sean las conocidas como 7 magníficas las que marquen los tiempos en estos índices y que los inversores que utilizan estos índices como referencia vayan con la lengua fuera para tratar de replicar el comportamiento de los mismos.
De hecho, la combinación del peso relativo en los índices sumado a las valoraciones les pone en una situación perversa. Si como consecuencia de las altísimas valoraciones de estas compañías deciden tener un peso inferior en sus carteras a la que tienen en los índices, si, como están haciendo últimamente, siguen subiendo, lo van a hacer peor que sus referencias, incluso mucho peor si toman una apuesta algo más decidida en contra de alguno de estos siete nombres. Si por el contrario la Bolsa mundial baja, probablemente lo hagan algo mejor pero cuando la Bolsa cae los reconomientos son menos. Esta situación es un muy buen ejemplo de lo que los anglosajones definen como pierde-pierde.
La subida tan vertical de las últimas semanas se puede deber en cierta medida a lo perverso de la situación actual. El miedo a perderse la subida puede ser la razón que ha llevado a que en este inicio de año muchos de estos inversores que habían empezado el año con una ponderación menor en estas compañías que la que tienen en los índices hayan decidido subirse al carro. Si esta fuera la razón, estos últimos máximos no serían síntoma de nada bueno, todo lo contrario. Cuando los últimos sensatos se ven obligados a tirar la toalla sin duda queda menos para que las aguas vuelvan a su cauce. El momento más oscuro es justo antes del amanecer. Diversifiquen.