Prototipos y parábolas

Sin embargo, sorprende comprobar cómo las humanidades han colonizado también la elaboración de modelos, como si la realidad ya no presentara suficientes desafíos para nuestro ingenio. Un buen ejemplo es la exposición 'Cosmograph: Speculative Fictions for the New Space Age', del colectivo Design Earth, formado por dos arquitectos que han tejido un relato a medio camino entre la historia y la ficción especulativa. Sus cuatro parábolas son profundamente pesimistas y convierten el espacio en un espejo de nuestras tensiones: la basura, las especies en extinción y los refugiados no desaparecen cuando levantamos la vista; simplemente se proyectan en el cielo. Incluso la geoingeniería, de la que sabemos poquísimo, termina en catástrofe. No hay manera de que nada salga bien a largo plazo. Es el viejo tópico de la 'mujer fatal' reconvertido en la 'Humanidad fatal'.

También la inteligencia artificial se integra en estas visiones inquietantes. El diseñador Andy Moliski presenta un trabajo sobre el duelo entre un experimentado piloto de combate –Cody Mo Allee– y un F-16 pilotado por IA. Gana este último, porque la creatividad y la imprevisibilidad del humano, sus supuestas ventajas, acaban siendo imitadas por la máquina. Mientras Cody se fatiga y comete errores a medida que avanza el duelo, el algoritmo repite incansablemente la maniobra que le asegura la victoria final.

Ambos relatos producen impresiones distintas. El segundo, que emplea modelos computacionales e IA tanto en la ejecución como en la presentación, se asemeja a los prototipos físicos del siglo XIX y XX, solo que en soporte digital. Conserva, al menos, una cierta capacidad probatoria, fundamental para el avance científico y técnico. El primero, en cambio, está impregnado de una fuerte carga política, llena de decisiones omitidas y sesgos evidentes, que conduce inevitablemente a una visión apocalíptica. Es como contraponer los diseños de máquinas de Leonardo da Vinci con el 'Jardín de las Delicias' del Bosco.

Que ambos ejercicios coexistan bajo el mismo techo dice mucho de cómo han evolucionado nuestras sociedades y su manera de concebir la verdad. Hasta ayer, la creatividad del Bosco nos asombraba, pero no la teníamos por verdadera. Los dibujos de Leonardo, en cambio, se hicieron realidad la mayoría. Hoy, probar ha dejado de ser decisivo. Lo importante es que la verdad pueda presentarse de manera especulativa, y que tu especulación conviva con la mía.