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ajuste de cuentas

Espionaje tributario y gobierno de consultoras

La imputación de Montoro revela dos de los tumores del Estado español

John Müller

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La la imputación de Cristóbal Montoro por la presunta utilización de Hacienda para favorecer intereses privados –incluyendo cambios legislativos y acoso a adversarios incómodos– no es un simple desliz ético, sino la confirmación de una práctica sistemática: poner al Señor de los Impuestos ... al servicio de las redes de poder. Ese abuso revela cómo la tutela política ha corrompido a los altos funcionarios del Estado. Montoro, ya en la línea de fuego judicial, habría convertido la Agencia Tributaria en su herramienta personal de espionaje: filtraciones selectivas, seguimiento a periodistas, presión a adversarios. Un instrumento no sólo de recaudación, sino de represión al servicio del poder. Este uso partidista del Fisco no sólo corrompe la institución: daña la democracia. Cuando los mecanismos técnicos de control y sanción se hacen eco de intereses políticos, la función represiva sustituye a la recaudadora. El resultado es un Estado que deja de ser árbitro y se convierte en botín de las disputas de poder.

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