El empleo crece un 40% menos por la caída del comercio, hostelería y sector público

El balance publicado en el día de ayer por los ministerios de Trabajo y Seguridad Social arrojan un avance moderado del empleo en España. Se crearon un total de 18.295 puestos de trabajo, lo que supone el menor nivel desde 2019, cuando tan solo se sumaron 3.224 cotizantes a la Seguridad Social -y hay que remontarse a 2016 para observar otro registro menor que el de este año, entonces se crearon sólo 12.025 empleos en este mes-. Así, el aumento de afiliación de este año es un 37,5% menor que el anotado en el mismo mes del pasado ejercicio (10.991 empleos menos, concretamente).

Es en el componente detallado sectorial donde aparecen las revelaciones sobre el comportamiento de la contratación. De entrada, si no hubiera sido por el aporte de la educación, que añade 85.817 empleos, el golpe sobre el volumen de cotizantes (20.724.796 en septiembre) sería sustancialmente mayor. También las actividades administrativas y servicios auxiliares logran compensar las grandes pérdidas de empleo al sumar a 19.729 cotizantes a la Seguridad Social.

En este sentido, la resolución de los contratos estacionales asociados al pico del turismo por un lado, con una caída de 40.024 puestos de trabajo en el comercio y de otros 32.223 en la hostelería, sumado al nuevo desplome de empleos en el sector público (bajo la rúbrica de Administración Pública y Defensa; Seguridad Social Obligatoria) con 39.503 puestos de trabajo destruidos en septiembre -que se suman a la caída de otros 11.000 en agosto- apuntalaron el discreto dato de afiliación de este mes.

Además, este dato de pérdida de empleo público ha hecho saltar las alarmas en el colectivo de trabajadores de la Administración hasta el punto de que desde CSIF, principal sindicato de los funcionarios, han pedido una reunión de urgencia al Ministerio de Hacienda para tratar las causas de esta liquidación masiva de contratos en los diferentes niveles. «Urge una reunión para empezar a negociar la siguiente oferta de empleo público», señalan las fuentes sindicales consultadas por este medio que advierten de la premura necesaria para tomar las medidas que reviertan la merma de la plantilla pública. «Es necesario acabar ya con la tasa de reposición», apuntan como el principal lastre para la recomposición de los efectivos necesarios.

El dato de caída de casi 40.000 cotizantes pertenecientes al sector público es revelador: la cifra más que duplica la caída producida en el pasado ejercicio (-17.772) y es la más elevada al menos desde 2009, hasta donde se remonta la estadística oficial de la Seguridad Social. «La mayoría se debe a los parches puestos para cubrir el periodo vacacional», señalan las fuentes sindicales advirtiendo de que también hay parte que se debe a los procesos de jubilación. Recuerdan en este punto que esta práctica de contratos de corta duración durante el periodo estiva se cultiva a partir de un interinaje que afecta al 30% de los empleados públicos.

Este enfriamiento del mercado laboral también se observó en las cifras de desempleo. El incremento del paro en 19.768 personas es el más elevado para este mes desde 2018: entonces se añadieron 20.441 personas a las listas del SEPE. Con ello, el avance deja el total de parados en España en los 2.722.468 a mes de septiembre. «Hostelería y Comercio no han podido mantener el empleo creado en la temporada turística», apuntan desde la Confederación Empresarial de Madrid-CEOE (CEIM).

«Continuamos a la cabeza del desempleo en Europa, con 2.722.468 desempleados, lo que hace imprescindible mejorar las pasarelas entre el desempleo y la vida activa y las políticas de empleo. No debemos resignarnos a un desempleo estructural, próximo a los tres millones de parados, con el drama personal que representa, existiendo además sectores con dificultades para dar cobertura a sus vacantes, más aún ante las perspectivas de una mayor pérdida de dinamismo de la actividad económica durante el otoño», advierten desde la CEOE.

En esta línea, Cepyme avisa de que el mercado laboral ya da muestras de desaceleración en los inicios de otoño, «que se prevé más duro para unas pymes expuestas a la elevada inflación acumulada, la restricción y encarecimiento del crédito y fuertes alzas de costes, especialmente los laborales».

Señalan desde la Confederación que se prevé que la desaceleración económica se traslade al mercado laboral en los próximos trimestres, en el marco de una coyuntura que no es la mejor para las empresas y que las aboca a tener dificultades para mantener el empleo. Más aún en un escenario de incremento de costes incesante y con cada vez menor acceso a financiación -que ha caído un 25% desde 2019-.