China descarta una fuerte y rápida apreciación del yuan
Los mercados, a la espera, tras prometer Pekín que flexibilizará la moneda
PABLO M. DÍEZ
Cuando hoy abran los mercados, todos los ojos estarán puestos en el yuan, la moneda china. Desde que el Banco Popular Central anunciara el sábado que iba a flexibilizar su tipo de cambio, fijado desde mediados de 2008 al dólar, los analistas se están devanando ... los sesos para saber cómo y, lo más importante, cuánto se va a apreciar el «renminbi».
Ante la euforia desatada en Estados Unidos, que acusa a Pekín de mantener su moneda devaluada de forma artificial, el Banco Popular de China puntualizó ayer que el tipo de cambio se mantendrá estable y descartó fuertes apreciaciones del «renminbi». «De momento no hay razones para una fluctuación mayor del yuan», matizó la entidad emisora, asegurando que «mantener la moneda estable en un nivel razonable y equilibrado es una parte importante de una mayor reforma del mecanismo del tipo de cambio».
Para proteger su economía de la crisis financiera, Pekín volvió a fijar en julio de 2008 la cotización de su moneda frente al dólar, que se ha venido cambiando a unos 6,83 yuanes con una banda diaria de fluctuación de +/- 0,5%. Justo tres años antes, China había acabado con una larga política de tipo de cambio fijo al abrir la cotización del yuan a una cesta de monedas en la que figuraban, junto al dólar, el euro, la libra y el yen. Desde entonces, el «renminbi» se había apreciado un 21% frente al dólar, lo que asustó al régimen comunista cuando cayeron las exportaciones de la «fábrica global» al caer el consumo en Occidente por la crisis.
Dicho tipo de cambio fijo ha sido un motivo de fricción entre China y EE.UU., cuyo Departamento del Tesoro viene retrasando desde abril un informe que acusa a Pekín de «manipular su moneda». Considerado por China un tema interno ajeno a la discusión internacional, dicho asunto amenazaba con empañar la reunión del G-20 este fin de semana en Toronto. Para apaciguar los ánimos, Pekín ha prometido una mayor flexibilidad del yuan que permita su apreciación, pero ha descartado una revaluación repentina al mantener la banda de fluctuación diaria del 0,5%, que permite su depreciación.
A la espera de comprobar hoy cómo se produce esa apreciación, las reacciones no se han hecho esperar. La medida, calificada de «constructiva» por el presidente Obama, es contemplada con cautela por el secretario del Tesoro estadounidense, Timothy Geithner, quien la considera un «paso importante» pero cree que «la prueba será cuánto y a qué velocidad se aprecia el yuan».
Para no dañar a las exportaciones, uno de los pilares de la economía china, la apreciación será lenta y gradual. Pero, al mismo tiempo, la revaluación del «renminbi» con respecto al dólar beneficiará a los grandes importadores de materias primas, que podrán comprar a un precio más barato las enormes cantidades de petróleo, hierro y acero que necesita China para seguir alimentando su extraordinario crecimiento económico.
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