Los algoritmos también cambian las reglas en los despachos de abogados
Automatizar tareas repetitivas, reducir errores en la gestión documental, analizar jurisprudencia... la IA se abre paso en el día a día del sector legal
«La inteligencia artificial puede ayudar a capacitar a las personas»
Hay herramientas que ya calculan el riesgo de reincidencia, una puerta abierta a los sesgos
El uso de la inteligencia artificial (IA) en el sector legal está empezando a cobrar importancia, y ya están también haciéndose notar en los despachos de abogados españoles. Algo lógico si pensamos en la ingente cantidad de documentos que se manejan en los procesos legales, su complejidad y su variedad ... . «Además de todos los documentos que se utilizan para un juicio están los que emiten los despachos para el juzgado, las normativas, los contratos, las notas simples, hipotecas… no falta material. La IA puede ayudar mucho», resalta Pablo Haya, director de Social Business Analytics en el Instituto de Ingeniería del Conocimiento (IIC).
Desde el despacho Garrigues resaltan que el uso de la IA supone el ahorro de tiempo al automatizar tareas repetitivas y de investigación, la reducción de errores humanos en la revisión y redacción de documentos, el acceso a información y casos relevantes rápidamente, la mejora de la eficiencia en la toma de decisiones basada en datos y análisis asistidos. «El objetivo siempre ha sido permitir a los abogados centrarse en tareas de mayor valor, como la estrategia y el asesoramiento al cliente», puntualizan.
La IA puede tener distintos usos en la abogacía. Entre ellos, en la actuación sobre los documentos. Tal y como indica Pablo Haya, hay que saber qué se quiere hacer con ellos, ya sea analizarlos, buscarlos, compararlos… «Los despachos tienen una ventaja competitiva cuando utilizan esta tecnología porque hay procesos muy pesados donde tienes que buscar, por ejemplo, muchas cláusulas», resalta. Recuerda también que el Ministerio de Justicia está haciendo un esfuerzo importante en la transformación digital. Toda la documentación que suben por la plataforma para el juicio se está automatizando y «cualquier información que aparezca, como nombres, cuentas o importes se puede extraer y así se ahorra mucho tiempo», añade.
Por otro lado, «hay herramientas desarrolladas para analizar jurisprudencia, para predecir probabilidades de éxito de un caso, los argumentarios que se usaron en casos similares… todo es una ayuda. Cada juicio es diferente, particular e irrepetible, pero te puedes basar en la experiencia», explica Pablo Haya. Incluso hay sistemas que pueden impactar en la decisión del juez, como es el caso de la herramienta que predice la probabilidad de reincidencia. «En estos casos tiene la parte compleja de gestionar los sesgos que incorpora», advierte. Si bien son ayudas en la toma de decisiones, recuerda que la última decisión es del juez y que «la máquina nunca va a tener toda la información». El director de Social Business Analytics en el IIC asegura que tanto la Administración como los grandes despachos están liderando esta innovación. «Hay más tecnología disponible que la que se usa y se irá incorporando cada vez más», indica.
La IA comenzó a ganar tracción en la industria legal a mediados de la década de 2010, con soluciones más avanzadas y efectivas que se introdujeron en los últimos años de la década. En Garrigues han ido invirtiendo en estas tecnologías de diferentes modos, incluyendo desarrollos propios con 'partners' especializados. En 2021, por ejemplo, desarrollaron junto con el IIC Proces@, «una herramienta de IA orientada a la organización y el tratamiento de la documentación asociada a expedientes judiciales de gran volumen», explican los expertos en IA del despacho.
Con la irrupción de ChatGPT a finales del año pasado y el uso de las IA generativas, «estamos ya invirtiendo en mejorar aún más la eficiencia y la calidad de nuestras operaciones en diversas áreas de práctica, proporcionando un servicio más eficiente y de alta calidad a nuestros clientes», añaden.
En este despacho están utilizando la IA en múltiples actividades. «A modo de ejemplo, utilizamos soluciones para la revisión y análisis de documentos (como 'due diligence', 'e-discovery', búsqueda de precedentes, etc.), disponemos de soluciones para la automatización de la redacción de algunos tipos de contratos y otros documentos legales y de gestión», avanzan sus expertos en IA. Aseguran que su uso es indispensable en la investigación legal y búsqueda de jurisprudencia, o como elemento de predicción de resultados en litigios y automatización de tareas administrativas y de facturación.
Más eficiencia
En general, como ventajas del uso de la IA en los despachos, destacan la mejora de la eficiencia y la productividad, «lo que redundará en la reducción de costes a largo plazo para nuestros clientes, permitiendo un mejor análisis de datos y toma de decisiones informadas». Entre los desafíos, «es necesaria una inversión inicial en tecnología y capacitación de personal, así como el refuerzo de nuestros modelos de gestión del riesgo por posibles problemas, por ejemplo, de privacidad y seguridad de los datos, así como de la gestión de la propiedad intelectual».
En Cuatrecasas, por su parte, llevan tiempo experimentando, primero, y trabajando, posteriormente, en distintos ámbitos con soluciones de IA. «Es cierto que no ha sido hasta la eclosión de los modelos de GPT3, ya GPT4, y OpenAI cuando la mayoría de los despachos han empezado a visualizar el impacto que pueden tener dichas tecnologías en su negocio», resalta Francesc Muñoz, CIO de Cuatrecasas. En su opinión, la IA puede aportar un enorme valor a la hora de descubrir patrones y tendencias al realizar recomendaciones al abogado y plantear escenarios del tipo 'what if' en el análisis de dichos datos, siempre y cuando el volumen de datos sea elevado.
En el caso concreto del despacho de Cuatrecasas, ha estado ocupándose de la IA desde los tiempos de IBM Watson. «Se está utilizando en diversos ámbitos, desde la anonimización de datos personales en los documentos de nuestro sistema de gestión del conocimiento, hasta la revisión de documentos en procesos de 'due diligence', pasando por la aceleración en la redacción de contratos y escritos jurídicos en base a las mejores experiencias», explica Muñoz. Reconoce que con la IA se puede y se debe ser más productivo, reducir los riesgos y ser capaz de añadir más valor, pero, «sin duda, requiere focalizar muy bien los casos de uso y saber distinguir lo que es particular y específico para Cuatrecasas de aquello que es de propósito general y a lo que los actores del mundo del software, 'legaltech' y no 'legaltech' ofrecen como soluciones estandarizadas».
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Muñoz recuerda también que la integración de la IA en toda la organización y sus operaciones requiere una inversión económica inicial relevante, especialmente, en adquisición de tecnología, integración con sistemas existentes y capacitación del personal. «Sin embargo, a largo plazo, la inversión generará un retorno significativo en términos de eficiencia, reducción de costes y mejora en la calidad del servicio», puntualiza.