Van Rompuy no presentará propuestas a corto plazo para salir de la crisis

Compuesto por elementos que son de sobras conocidos, el informe de Van Rompuy ha causado la natural perplejidad en una situación en la que todos los actores económicos están pidiendo a gritos acciones rápidas para poner fin a una situación que es insostenible para muchos países. No se trata de que no se haga mención a los eurobonos ni a ninguna intervención del BCE , sino que cualquier gesto se plantea a años vista, a lo largo de una década. No es de extrañar que el ministro alemán de Asuntos Europeos, Michael Link , haya recibido este documento con una gran carga de escepticismo, diciendo que «no tiene suficientes garantías de que una crisis de la deuda como esta no se volverá a reproducir».

El equilibrio que buscaba Van Rompuy no es fácil de lograr, puesto que también hay países que, como Francia, son muy reacios a cualquier transferencia de soberanía. «La integración política no puede ser una condición a las medidas urgentes para salir de la crisis. Al contrario, es el refuerzo de los medios monetarios y financieros existentes y la mutualización de los medios lo que puede justificar una dirección política más integrada» declaraba hoy mismo Bernard Cazeneuve , ministro francés de Asuntos Europeos.

El documento de siete páginas incluye cuatro elementos : un marco financiero integrado que otorga la responsabilidad de la supervisión de los bancos a la UE (al Banco Central Europeo) y crea mecanismos comunes para la el cierre de bancos quebrados y que garantiza los depósitos; un marco presupuestario integrado que implica tomar más decisiones en común, incluyendo limitaciones del endeudamiento y que permitiría avanzar hacia la emisión de deuda común; un marco de política económica para fomentar un crecimiento sostenible y finalmente un mecanismo que garantice la necesaria legitimidad democrática y rendición de cuentas en la toma de decisiones. Los cuatro bloques ofrecen una «arquitectura coherente y completa que tendrá que crearse a lo largo de la próxima década» y son «necesarios para la estabilidad y prosperidad a largo plazo de la Unión Económica y Monetaria», pero requerirán «mucho trabajo más» y «posibles cambios en los tratados de la UE en algún momento».