El retraso del análisis individual de la banca deja al sector a los pies de la especulación

Por su parte, el punto oscuro del plan de saneamiento bancario puesto en marcha por el Ejecutivo está en el r etraso del detalle de las necesidades entidad por entidad , con nombre y apellidos, hasta el mes de septiembre. Según las fuentes consultadas, este aplazamiento deja en una situación de debilidad al conjunto del sector financiero, pues introduce una gran incertidumbre sobre su viabilidad. Algo así como abrir un «plazo de interinidad excesivo» para todas las entidades, excepto las tres de mayor tamaño, para las que se ha explicitado que no requerirán capital. Y es que el fantasma de la duda parece que no ha conseguido despejarse.

Según los datos presentados ayer por el Secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez Latorre , y el subgobernador del Banco de España, Fernando Restoy , el sector bancario necesitaría entre 16.000 y 25.000 millones de euros en el escenario normal y entre 51.000 y 62.000 millones de euros en el escenario adverso. Estas necesidades resultan de aplicar los saneamientos estimados al sistema de forma agregada, no entidad por entidad, y exigiendo un ratio de capital puro (Core Tier 1) del 9% y 6% en los respectivos escenarios.

De los informes se deduce que aproximadamente un tercio del total correspondería a Bankia, otro tercio a las entidades intervenidas por el FROB, y el tercio restante se repartiría entre las demás entidades, en función de su capacidad para cubrir sus necesidades con fondos del mercados. Según fuentes solventes, tampoco Banco Sabadell, Bankinter y la Kutxa necesitarán dinero europeo. Pero lo cierto es que las quinielas están garantizadas.

Y es que la presentación de los informes de las consultoras sólo supone el final de la primera fase de la puesta a punto bancaria. La segunda, y clave, es la que se conocerá en septiembre, una vez las mayores auditoras del país, hayan realizado el análisis individualizado y detallado de las carteras crediticias de las entidades.

Las cuatro auditoras contratadas por el Banco de España culminarán su proceso de recopilación de información el próximo 31 de julio, a partir del cual se realizará un análisis (denominado «bottom-up ») que estará listo en septiembre y definirá las necesidades de capital.

Este paréntesis es el que más preocupa, especialmente teniendo en cuenta la inestabilidad de los mercados y la fuerte desconfianza que genera España. De hecho, son varias las voces que recomiendan al Ejecutivo de Mariano Rajoy que aproveche la holgura del crédito acordado con Bruselas y realice una petición que supere el máximo estimado para neutralizar la incertidumbre que genera no conocer las cifras individuales hasta dentro de tres meses.

En este escenario se enmarca la petición ayer del presidente del Eurogrupo, Jean Claude Juncker, al Gobierno español para que «continúe con su ambiciosa estrategia de la manera más rápida posible y que sea comunicada pronto». El Eurogrupo ha pedido a España que formalice la petición de ayuda antes del lunes, y el ministro francés de Economía ha asegurado que se realizará hoy mismo. La cifra definitiva de la inyección comunitaria, sin embargo, no se conocerá hasta que el memorándum vea la luz. Esto es, cuando se conozcan las necesidades pormenorizadas del sistema financiero.