El primer día del resto de su vida de Pablo Isla, expresidente de Inditex

El futuro de Isla es tema de conversación entre los altos directivos. El motivo es doble: es un gestor admirado por varias generaciones de alumnos de Empresariales, que lo siguen como modelo de vida , pero también podría aterrizar en cualquier proyecto por encima, al lado o por debajo de cualquiera que no haya sido bendecido por un éxito similar. Sin embargo, quien ha sido el primero en mover ficha para atraerlo a su entorno ha sido Isidro Fainé, presidente de la Fundación Bancaria La Caixa y de Criteria Caixa.

Premiado por sus cualidades como gestor por haber multiplicado el tamaño y, sobre todo, el valor de Inditex, Isla se marcha con una indemnización de 23 millones que le impide trabajar para la competencia hasta mediados de 2024 . Durante todos estos años como consejero delegado y presidente de la compañía ha recibido unos 100 millones de euros entre salarios, bonos y plan de pensiones. Es una cantidad que se considera modesta en la liga en la que juega, donde los gestores de empresas con esa cifra de facturación suelen recibir hasta cuatro veces más.

«No me voy a retirar, pero no puedo decir nada más», afirmó Isla en su última conferencia de prensa. Sobre su mesa tiene la posibilidad de tomarse un año sabático –cosa que sus más allegados creen que es imposible y que como mucho podría ser un cuarto de año sabático– para desconectar con su rutina y, otra alternativa que siempre es tentadora, que es la de irse a dirigir una empresa multinacional. Un nombre que se cita es Nestlé, de la que es consejero independiente desde 2018 y acaba de renovar con una retribución de casi 650.000 euros al año. Se trata del tercer mayor sueldo de la cúpula directiva. El presidente del consejo, Paul Bulcke, cobró unos 3,3 millones de euros, mientras que el vicepresidente, Henri de Castries, se llevó unos 739.000 euros.

Sin embargo, el movimiento más interesante en torno a Isla ha sido su designación como miembro del patronato de la Fundación La Caixa, que se produjo el 21 de febrero. Isla fue nombrado, junto al presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, la notaria Isabel Gabarró y el expresidente del Foment del Treball, Joaquín Gay de Montellà. Sustituyen a Salvador Alemany, Antoni Fitó, Javier Solana y César Alierta, a quien se cuenta como uno de los mentores de Isla en su etapa en Altadis, y también de Álvarez-Pallete en Telefónica.

En el mismo acto, Fainé renovó por cuatro años como presidente de la Fundación La Caixa. Fainé está dedicado a reorganizar la posición inversora de la entidad para asegurarse los ingresos necesarios para seguir operando y conservar su influencia social, pero ya tiene 79 años y aunque se encuentra con fuerzas, sabe que debe ir perfilando a los candidatos a sucederle. Su estilo es tener siempre un par de cartas bajo la manga y en ese sentido, Isla y Álvarez-Pallete son dos perfiles adecuados.

Muy pocos gestores en España pueden exhibir los éxitos de Isla. Desde que llegó a Inditex en 2005, la empresa multiplicó su valor hasta convertirse en la primera empresa por capitalización bursátil del país (era la séptima) y conseguir el hito de los 100.000 millones de euros de valoración. Él siempre recuerda una frase de Amancio Ortega cuando éste le incitaba a sacar a Inditex de su zona de confort: «Si yo quiero ser de los mejores me tengo que ir a competir donde están los mejores. Si yo me quedo en mi mercado doméstico, vendrán otros mejores y me barrerán».

Lo que sí parece claro es que Isla volverá a vivir a Madrid y dejará su estupenda casa de estilo victoriano de la urbanización Icaria de Oleiros que se construyó a su gusto y al de su esposa, María de la Vega. La exigencia de Inditex de que el consejero delegado viviera en La Coruña fue clave en su fichaje en 2005 . Muchos de los candidatos que la compañía cazatalentos Korn Ferry seleccionó para Ortega renunciaban cuando sabían que tendrían que vivir permanentemente allí. Para Isla, un hombre reservado y que no siente apego por los grandes actos sociales, no fue difícil aceptar y acomodarse a la sociedad coruñesa. Pero hace 17 años sus tres hijos (Santiago, Belén y Cecilia) eran pequeños y ahora, en cambio, Santiago se ha venido a Madrid donde tiene un grupo musical (Chelsea Boots) y Belén es consultora de McKinsey.

Isla es un hombre de una gran discreción . En 2017 le prometió a los periodistas Jesús Salgado y Xabier Blanco, que estaban escribiendo el libro ‘Pablo Isla, en el corazón de Zara’ (La Esfera de los Libros, 2017), que no colaboraría en esa biografía, porque aún era demasiado pronto para apreciar su propia huella en la compañía y no quería desagradar a Amancio Ortega, el fundador, atribuyéndose méritos que no le correspondían. Entonces, dijo a los periodistas que le llamaran cinco años después, porque quizá entonces habría cambiado de opinión. Eso aplazaba las cosas hasta 2022… ahora mismo.