El oscuro lenguaje de los presidentes de los bancos centrales
¿Por qué nadie ha interpretado bien los mensajes de Draghi, Trichet o Greenspan?
m. j. a.
«Si han entendido lo que he dicho, es que me he expresado mal» , ironizaba Alan Greenspan, que fue presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos durante más de dieciocho años. Parece como si -pese al compromiso de transparencia de las instituciones- el ... uso de un lenguaje críptico y las actuaciones sorpresa estuvieran incluidas en el sueldo de los banqueros centrales. Ahora mismo, a tenor de las palabras del dirigente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, no se pueden anticipar las decisiones que adoptará el consejo de la institución el 6 de septiembre para ayudar a los países más vulnerables de la zona euro. Para el Gobierno de Mariano Rajoy resulta vital conocer las «medidas extraordinarias» que se propone aplicar, antes de pedir un rescate global de la economía española. Las pocas pistas que se difunden no tardan en ser desmentidas, sin aclaraciones.
-¿Cómo logró el BCE aliviar la crisis en agosto de 2011?
-El presidente Jean Claude Trichet se equivocó al subir los tipos cuando ya se veía venir una segunda etapa de fuerte desaceleración económica en la zona euro. En plena tormenta del pasado año se tomó la decisión de comprar deuda de Italia y España en los mercados secundarios (donde los inversores intercambian títulos ya emitidos), con lo que se frenó temporalmente la especulación, porque a los especuladores no les interesa apostar contra la autoridad monetaria y su capacidad de emitir dinero.
-¿Por qué se ha suspendido el programa de compra de bonos?
-Cuando Mario Draghi tomó el mando en octubre, consideró prioritario dar liquidez a los bancos y lanzó dos programas de préstamos a tres años al tipo de interés del 1%. Del billón de euros movilizados en esta 'barra libre', las principales beneficiarias fueron las entidades españolas. Pero hace casi seis meses que el BCE no lleva a cabo adquisiciones de deuda. Considera que esta actuación es un parche que no resuelve los problemas de fondo. Y la especulación se reanudó en el mercado de bonos todavía con mayor fuerza.
-¿Han sido claros los mensajes de Mario Draghi?
-El presidente del BCE se queja de que le han malinterpretado en varias ocasiones. La primera, cuando habló en el Parlamento en diciembre del pasado año de que «otras actuaciones se producirían», si cuajaba el pacto fiscal entre los Jefes de Estado y de Gobierno. El acuerdo pasó sin pena ni gloria. El pasado 26 de julio, con la prima de riesgo de España y de Italia por las nubes, el presidente del BCE aseguró estar dispuesto a hacer «todo lo necesario para preservar el euro». «En el momento en que las primas de riesgo dañen el funcionamiento de los canales de transmisión de la política monetaria, ya entran en nuestro mandato», aseveró.
-¿Por qué dejaron de tener efecto esas manifestaciones?
-Cuando llegó la reunión de la cúpula de la institución previa a las vacaciones, Draghi se expresó con ambigüedad. Dijo que la autoridad monetaria podría intervenir, pero no de inmediato, y tampoco directamente. Se decantó por actuar en los títulos de corto plazo, un plazo que tampoco concretó. Después se dirigió los informadores que asistían a su rueda de prensa: «díganme en que momento me he comprometido a comprar deuda en los mercados», les retó. Quienes interpretaron que se proponía adquirir bonos, pronto salieron de su error.
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