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Los inversores extranjeros y el BCE controlan el 70% de la deuda pública

La banca del país vende 64.376 millones en títulos del Tesoro desde 2014 y ya solo tiene el 17% del total

Imagen de archivo de la sede del Banco de España en Madrid EP

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La banca española ya no es el gran acreedor del Estado. Si en los peores momentos de la crisis el Tesoro público solo encontraba comprador para la deuda soberana con que financiarse en las entidades financieras del país, ahora son los inversores extranjeros y el Banco Central Europeo (BCE) quienes están adquiriendo la mayor parte de las letras, bonos y obligaciones del Reino de España. Según los últimos datos disponibles, estos acaparan ya el 66,18% de la deuda pública en circulación (los no residentes algo más del 44% y la autoridad monetaria casi el 22%) , mientras los bancos han reducido su peso al 17,07% del total.

A partir de 2010 y hasta 2012, en plena crisis de deuda soberana y con la desconfianza de los inversores hacia España en máximos, los bancos españoles llegaron a acumular más del 30% del papel del Estado. Con los mercados prácticamente cerrados para España, las autoridades nacionales tenían que telefonear a los despachos de los principales banqueros del país para que el Tesoro pudiera cerrar sus subastas semanales. Las entidades usaban el dinero barato que les prestaba el BCE para invertirlo en deuda española cuya rentabilidad y prima de riesgo estaba en máximos. Con ello obtuvieron grandes beneficios.

Por aquel entonces los inversores no residentes poseían en torno al 34% de la deuda y la autoridad monetaria apenas el 5%. Sin embargo, el inicio de la recuperación económica del país en la segunda mitad de 2013 reavivó el apetito de los inversores foráneos por la deuda soberana, y la puesta en marcha del programa de compra de activos del banco central a principios de 2015 convirtió al banco central único en un fuerte comprador de títulos.

«La vuelta del apetito inversor por parte de inversores no residentes ha sido paralela a la buena marcha económica, la estabilidad institucional, la mejora de la calificación crediticia del Reino de España y las evidencias de reducido contagio respecto a los padecimientos de otros soberanos del área euro» , señala en un reciente informe la firma Analistas Financieros Internacionales (AFI), que destaca el interés de esos inversores por comprar deuda de España frente al rechazo que les genera Italia por la incertidumbre derivada de su situación política.

Efectivamente, desde la salida de la recesión a finales de 2013, la exposición de los no residentes al Tesoro ha aumentado en 98.264 millones de euros o un 31%, hasta los 415.532 millones que sumaban al cierre del pasado mayor, según las cifras de la secretaría general del Tesoro. Ese monto equivale al 44,3% del total. Si se hace la comparación desde 2012, cuando España solicitó el rescate financiero y el presidente del BCE, Mario Draghi, tuvo que salir a tranquilizar a los mercados diciendo que haría todo lo posible para evitar el colapso del euro, el incremento es 191.791 millones de euros, casi el doble.

Inversión japonesa

Este dato, aunque supone una dependencia cada vez mayor de la financiación externa, es positivo por cuanto evidencia la confianza que despierta la economía española en el exterior. Además, y según AFI, el Tesoro está encontrado compradores de deuda en nuevas geografías, sobre todo en Asia, y especialmente entre inversores japoneses , «por lo general muy adversos al riesgo». A ello, según la consultora, ha contribuido de manera decisiva la recuperación este mismo año, en el primer trimestre, de las mejores calificaciones crediticias por todas las agencias de «rating» .

En ese periodo, y ante la menguante rentabilidad de las letras y bonos derivada de la actual política monetaria, los bancos fueron replegándose. Desde final de 2014, cuando llegaron a acumular en sus balances 224.455 millones de euros de deuda pública española, las entidades se han desprendido, mediante su venta o amortización, de 64.376 millones de euros, reduciendo su inversión a 160.079 millones, un 29% menos.

Fin del programa del BCE

El papel financiador de la banca no lo han asumido solo los inversores foráneos, sino también el propio sistema monetario. A raíz del inicio de las compras de deuda por el BCE a comienzos de 2015 , el banco emisor ha incrementado notablemente su posición en deuda española. En concreto, y según las cifras del Tesoro, al cierre de mayo, el Banco de España, a través del cual el BCE hace esas compras en nuestro país, acumulaba en balance 205.237 millones, el 21,88% del total, su máximo histórico.

La deuda española es ahora la cuarta con mayor presencia en cartera del BCE, por detrás de la alemana, la francesa y la italiana. Ahora bien, la economía española se enfrenta en los próximos seis meses al desafío de encontrar un sustituto al organismo, pues en enero de 2019 Draghi pondrá fin a esas compras masivas de deuda .

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