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La industria española aprende a conectarse a la revolución digital

La formación y rebajar la brecha entre necesidad empresarial y oferta tecnológica, claves del despegue

La industria 4.0 sumará 1,25 millones de empleos cualificados en un lustro ABC
Fernando Pérez

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Partido nuevo. El irrefrenable avance de la revolución digital , con su amalgama de oportunidades e incertidumbres, ha socavado las reglas del juego y amenaza con poner el marcador a cero. Algunos sectores, como el turismo o la banca, ya han experimentado el impacto directo del tsunami. Otros, como la industria , comienzan a asumir la necesidad de subir en marcha a un tren que no para de coger velocidad.

Algunos estudios desvelan que nuestro país aún tiene deberes pendientes en esa compleja asignatura que es la «Cuarta Revolución Industrial». Un informe global elaborado el año pasado por PWC concluía que solo el 8% de las compañías nacionales del sector se escontraba en una fase avanzada de su proceso de digitalización, lejos del 33% de la media europea. El tiempo apremia, pero el viaje hacia la industria conectada no es opcional . Las compañías saben que es una cuestión de superviviencia. Otro estudio promovido por Siemens y elaborado por Roland Berger, en el que se entrevistó a los grandes del Ibex y a empresas de mediano tamaño, concluía que entre el 80 y el 90% de los directivos cree que el cambio digital será grande y obliga a invertir en tecnología. En el caso de las empresas industriales, el 100% de los encuestados concluye que la productividad aumentará con la digitalización.

Vencida la tradicional resistencia al cambio, surge la duda de cómo avanzar en un terreno en el que nadie tiene todas las respuestas. «Los cambios cada vez son más rápidos, y eso ha generado no solo una brecha digital entre generaciones, sino que también hay un gap entre las empresas industriales , que conocen muy bien su actividad, pero no terminan de entender cómo pueden utilizar las nuevas herramientas, y las tecnológicas, que no acaban de entender cuáles son las necesidades de las industrias », explica Mariano Ventosa, director de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de la Universidad Pontificia Comillas ICAI-ICADE.

Ventosa es también codirector de una pionera «Cátedra de Industria Conectada», que precisamente pretende servir de punto de encuentro y espacio de confianza entre ambos actores para reducir ese gap e identificar los conocimientos y destrezas necesarios para la formación y desarrollo de los perfiles profesionales demandados en la industria conectada. Porque si en algo coinciden los expertos es en que el cambio de paradigma dibujará un mapa laboral irreconocible. En la presentación de la cátedra, la secretaria general de Industria y Pyme, Begoña Cristeto, cifró en 1,25 millones el número de empleos cualificados que se generarán en España en el próximo lustro.

«La frase que tanto se repite de que la mitad de los estudiantes universitarios van a trabajar en profesiones que hoy no existen es una realidad. Es importante que estemos preparados para eso. Poner en marcha un grado de ingeniería , por ejemplo, son como mínimo cinco años desde que se diseña hasta que empiezan a salir los primeros egresados. Tenemos que preparar a los universitarios con programas de grado flexibles o de máster para que se pueda dar respuesta de año para año a aspectos profesionales que están cambiando», explica Ventosa.

Formar a los ingenieros que liderarán y diseñarán el cambio y a las personas que operarán en esos entornos de trabajo es clave, pero también abordar los procesos con convencimiento. «Solo el 10% de las empresas tiene planes de digitalización», advierte Cristeto. «Nos encontramos en un cruce de caminos en donde nos la estamos jugando. Una decisión inapropiada puede dejarnos fuera», asegura la secretaria de Estado. Ventoso coincide en que el contexto no admite vacilaciones: «Con este cambio de paradigma, las ventajas que tienen las empresas grandes, las líderes, e incluso los países, disminuyen. Estas compañías tienen inercias y determinadas formas de hacer las cosas, mientras las pequeñas no tienen velos que impidan aprovechar las oportunidades. Eso provocará que empresas ahora importantes dejen de serlo o desaparezcan . Los líderes tienen que estar alerta, no pueden quedarse mirando lo que hacen los demás, tienen que estar probando, aprendiendo y preparando sus plantillas». El reto no es fácil. «Ha habido empresas industriales que han decidido dar un paso adelante y meterse en proyectos de big data, disponiendo de muchos datos, pero la información que se extrae no es relevante», concluye Ventosa.

Nueva realidad

Algunas de las grandes empresas que participan en la cátedra de ICAI-ICADE explican cómo afrontan este reto que no admite treguas. Bernardo Velázquez, consejero delegado de Acerinox, asegura que «transformación digital e industria conectada son conceptos que resultan de suma importancia para la compañía desde hace años. En Acerinox venimos implementando procesos de conectividad y digitalización en cada una de las etapas de producción de las fábricas así como de las áreas de comercial, gestión o ventas. Gestionamos en nuestros sistemas desde los procesos de fabricación de acero inoxidable hasta los inventarios o los envíos a los más de 80 países del mundo a los que llegamos, pero tenemos que seguir creciendo en la explotación inteligente de datos ».

Empresas y expertos coinciden en que el big data es uno de los ejes fundamentales del proceso de digitalización . «Nos encontramos trabajando en un sistema de gestión masiva de datos con el que estamos construyendo bases sólidas sobre las que tomar decisiones para optimizar los procesos en todas las fábricas y concebir ideas escalables a otras áreas del negocio. Para todo ello, invertimos una media de 200 millones de euros anuales en nuevos equipos, sistemas y aplicaciones tecnológicas de última generación con los que desarrollamos grandes líneas de producción de acero inoxidable monitorizadas y controladas por técnicas modernas como elementos de inteligencia y visión artificial y estamos trabajando para mejorar el análisis predictivo de posibles errores en nuestros equipos para adelantarnos a lo que pueda fallar», explica Velázquez.

María Teresa González, directora del Plan de Digitalización de Endesa, explica que el proc eso en el que la compañía lleva trabajando más de un año se diseña con dos ejes. El primero, «Go Digital», contempla el desarrollo de iniciativas digitales hacia un cliente que ha cambiado. « Ahora es más digital, conectado y social. Es exigente, proactivo y participativo; un consumidor con más poder que, además, cambia con más facilidad de proveedor porque tiene más información. Todo ello nos obliga a cambiar para ganarnos y mantener su confianza». El otro eje es «Be Digital», que revisa y rediseña los procesos internos para hacer realidad esa transformación y «dar respuesta al cliente digital». Una estrategia para afrontar un cambio cultural de calado, que supone introducir nuevos modelos de relación con clientes en procesos ya existentes. «Hay que abordar procesos transversales y olvidarse de los silos internos», recomienda González.

Endesa también está adaptando su oferta a los contadores inteligentes (ya ha instalado 9,2 millones) para aprovechar las posibilidades que brinda el hecho de tener datos de consumo energético por horas. Y la compañía también ha apostado por la digitalización de sus redes para mejorar la continuidad del suministro, introduciendo la tecnificación y automatización de la red en más de 310.000 kilómetros que gestiona.

Otra de las empresas que colaboran en la cátedra, Enagás, explica que ha planteado su proceso de digitalización con un enfoque holístico y transversal a la compañía. «En el marco de un programa de optimización de procesos backoffice, se han realizado reingenierías de procesos orientadas hacia una mayor eficiencia de los flujos de trabajo y la colaboración y compartición de información (gestión de viajes, gastos, prensa digital, etc)», explican fuentes de la compañía.

Soluciones a medida

Una de las empresas encargadas de ofrecer soluciones para avanzar en este nuevo campo de juego digital es ABB. Su consejero delegado, Carlos Marcos, cree que la denominada cuarta revolución industrial «es más una evolución acelerada que una revolución . Nosotros trabajamos desde hace décadas como facilitadores de este proceso de transición a lo digital. Contamos con una base instalada en todo el mundo de más de 70 millones de dispositivos conectados y somos el principal suministrador de sistemas de control para los procesos industriales, con más de 70.000 referentes en todos los segmentos». Una de sus últimas soluciones tecnológicas es YuMi, «el primer robot de dos brazos colaborativo intrínsecamente seguro que permite trabajar mano a mano con las personas». ABB considera que la colaboración entre empresas tecnológicas de distintas características es básica «para revelar todo el potencial de la transición industrial a lo digital». «Hemos sido conscientes a tiempo de que no podemos hacerlo todo por nosotros mismos», señala Marcos. Por ello, para áreas como la gestión de datos en la nube y la ciberseguridad, la compañía se ha asociado con Microsoft para construir una plataforma de soluciones digitales en el entorno de su plataforma en la nube Azure.

Formación, convicción y comunicación de experiencias. No hay atajos ni vías alternativas en el intrincado camino hacia la «Industria 4.0».

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