El impulso de la locomotora germana

Fruto de esta importancia comercial se han celebrado numerosas cumbres bilaterales al más alto nivel entre ambos gobiernos desde hace décadas, relación que se ha mantenido entre la canciller alemana, Angela Merkel y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y que ambos no han dudado en calificar de cordial. No hay que olvidar que durante la crisis económica y financiera de 2008 nuestro país contó en todo momento con el apoyo de Berlín a la hora de buscar soluciones a la subida de la prima de riesgo, lo que al final se tradujo en la aceptación de una línea de crédito de hasta 100.000 millones de euros para sanear el sector bancario, a cambio de hacer las necesarias reformas estructurales para aumentar el crecimiento económico.

De hecho, la próxima semana Barcelona acogerá una cumbre empresarial hispano-alemana, que congregará a los máximos directivos de las firmas de ambos países en torno a un gran foro de debate sobre las relaciones económicas bilaterales. Entre los ponentes figura Clemens Fuest, presidente del prestigioso Instituto Ifo de predicción económica de Múnich.

Además del repaso a la actualidad económica de ambos países, los debates se centrarán en la manera de potenciar las empresas de mediana capitalización, las conocidas como «middle market» en el argot especializado, como motor del crecimiento y del empleo sostenible en España, una de las asignaturas pendientes de nuestro tejido empresarial.

Para hacernos una idea de la importancia que tiene la presencia de empresas alemanas en España valga el dato de que la quinta parte de todas las filiales de multinacionales que hay en España son alemanas. En 2014, último dato disponible en el Instituto Nacional de Estadística, las empresas germanas generaron valor añadido por 12.300 millones de euros, lo que convierte a Alemania en el tercer contribuidor extranjero más importante tras Francia (4,4%) y Estados Unidos (3,6%).

Pero, sin duda, la importancia de la presencia de empresas alemanas en España ocupa un lugar destacado en el sector industrial, que es donde Alemania realmente tiene más peso. Con un 5,4% de la creación de valor industrial en España, están prácticamente al mismo nivel que las empresas estadounidenses y francesas.

La Cámara de Comercio alemana en España, que este año precisamente celebra su centenario, asegura que «con clara orientación a la exportación contribuyen enormemente a la creciente internacionalización de España ya que las filiales de los grandes grupos alemanes del índice DAX y de empresas familiares tienen un interés a largo plazo en España como emplazamiento de inversión, destino de inversión de I+D y contribuyen a implantar la cultura de la formación dual en el país. Valga el dato de que algunas llevan más de 100 años instaladas en España». La relación comercial entre ambos país parece intensificarse. Por partidas, el año pasado las exportaciones de bienes a Alemania crecieron un 5,1% respecto a 2015 mientras que las importaciones subieron un 2,2%, lo que se ha traducido en que el grado de cobertura ha mejorado hasta el 78%, con un volumen total de comercio de 65.500 millones de euros, un máximo histórico por segundo año consecutivo.

Esta tendencia al alza en el intercambio comercial entre ambos países ha continuado al alza en 2017. Durante el primer semestre del año ha aumentado el ritmo de los flujos de exportación e importación ya que la exportación ha crecido un 7,5% y la importación un 5,5% respecto al primer semestre de 2016.

La importación de Alemania consiste fundamentalmente en bienes industriales, destacando fundamentalmente automoción, semifacturas y bienes de equipo. Estos mismos sectores constituyen casi las tres cuartas partes de la exportación española a Alemania, lo que revela el carácter eminentemente industrial del comercio bilateral. Destaca el sector del automóvil y sus componentes, que equivale a aproximadamente al 31% del total, seguido por los sectores de manufacturas y bienes de equipo.

Tal y como se esperaba la alimentación es lo que marca la diferencia en la balanza comercial entre ambos países ya que tiene más importancia en la exportación española, 18%, que en la alemana, 7%, fruto de que nuestro país es líder europeo en la producción hortofrutícola por razones climatológicas. La cuota de los productos españoles en el total de las importaciones alemanas mejoró en 2016 pasando del 2,8% al 2,9%. En sentido inverso, la cuota de los productos alemanes en las importaciones españolas está en un 13,5%, con tendencia también en ascenso.

A cambio de pimientos y calabacines, los alemanes nos surten de medios de transporte, con VW y SEAT a la cabeza. Con un 22,9% se trata de la contribución extranjera más importante. Además está Daimler, que tiene en Vitoria su segunda fábrica más importante para la producción de furgonetas Mercedes-Benz, y la filial Evo-Bus fabrica en Cantabria chasis para autobuses. Se trata del segundo emplazamiento productor más importante de la Unión Europea en el sector, solo por detrás... de Alemania. Y, fruto del efecto tractor, numerosos fabricantes alemanes de sistemas y componentes de primer nivel, como Benteler, Bosch, Brose, Continental, Grammer, Huf, Kostal, Mahle, Mann+Hummel, Schaeffler y ZF se han instalado en nuestro país.

Pero no todo es industria pesada. Alemania tiene un peso fundamental en el sector turístico español ya que en año pasado, por ejemplo, fue el segundo país emisor de turistas hacia España, con 10,7 millones de turistas y un alza de un 6%, solo superados por los británicos. Pero los alemanes no solo nos visitan, sino que algunos se han convertido en residentes, sobre todo en Baleares.

De este modo, las filiales españolas de empresas alemanas del sector eléctrico, electrónico y óptico son también las más impotantes en cuanto a la creación extranjera de valor, con un 12,5%.

De entre este grupo de empresas fabricantes de componentes destacan Siemens y Bosch. En el caso de la primera abrió un centro de investigación y desarrollo para la automatización ferroviaria en Madrid a través de su filial Siemens Rail Automation en 2015, justo cuando celebrada sus 120 años en España.

A un nivel algo inferior en materia de facturación pero también con un peso importante están las filiales alemanas del sector químico y farmacéutico. Su contribución a la creación de valor asciende al 10,5%, solo por detrás de Francia. En este apartado se encuadran Henkel, BASF, Bayer, B Braun, Boehringer Ingelheim, Merck, Beiersdorf y Evonik. Además destaca la presencia en Madrid de ThyssenKrupp (tecnología para ascensores) o en Pamplona a Liebherr (gruás torre).

Como es lógico, además de las filiales productoras, en España suele haber también al menos una representación comercial de la sociedad matriz, que se encarga de gestionar todo lo relacionado con las ventas y los concursos públicos, No hay que olvidar que, por ejemplo, en el caso de Siemens fue uno delos fabricantes de parte de los trenes de AVE que circulan por nuestra red ferroviaria de alta velocidad, una de las más extensas del mundo.

En el sector de la distribución también hay una importante presencia germana, sobre todo con Lidl y Aldi, que arañan cuota de mercado a los operadores españoles y franceses. En la misma línea la cadena de distribución alemana Metro, propietaria entre otras de Media Markt y Makro, también tiene numerosa presencia en nuestro país.

Al margen de las empresas, la realidad es que la relación es muy estrecha y, de hecho, España es uno de los países que ha apoyado abiertamente la propuesta germana para crear una especie de FMI que de asistencia financiera a los países en futuras crisis, a cambio de monitorizar sus presupuestos, al más puro estilo alemán.

Una reciente encuesta realizada entre empresarios alemanes con filiales en España pone de relieve el papel otorgado a la formación y a la calidad del sistema educativo como factores decisivos a la hora de potenciar e incrementar la competitividad empresarial. Cerca de la mitad de las compañías consultadas, el 47%, declara su satisfacción con la calidad de la formación académica española, dato con que contrasta con un mayor descontento a la hora de evaluar el sistema de formación profesional no académico, que tan solo satisface a dos de acda diez encuestados. Y es que es precisamente esta formación dual lo que se está intentando potenciar en el sistema educativo español, aunque con escaso éxito hasta el momento. El ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, ha anunciado que el Gobierno aprobará el próximo año un real decreto de Formación Profesional dual que reforzará la oferta de estos estudios en el sentido de que ampliará las modalidades tradicionales que exiten ahora en nuestro país. Según los datos del Mnisterio, desde el año escolar 2012- 2013 se ha pasado de 4.000 a 24.000 estudiantes en este tipo de formación que, básicamente, combina las clases teóricas en las aulas con prácticas en las empresas, y abre las puertas del mercado del trabajo al estudiante.