El Fondo de Rescate divide a la Unión Europea

Sin duda uno de los más esperados esta tarde era el titular alemán de Finanzas, Wolfgang Schäube, quien ha advertido que “no hay una necesidad urgente de tomar una decisión sobre el reforzamiento de la capacidad del Fondo de Estabilización, por lo que no creo que tomemos una decisión hoy”.

Esta misma posición de prudencia, aunque con actitud de estar abiertos al debate, ha sido la adoptada por Francia ya que la ministra gala de Economía, Christine Lagarde, declaró la mañana de este lunes a una radio de su país que “estoy abierta a la discusión para estudiar la posibilidad de que el Fondo aumente su capacidad operativa y hoy vamos a empezar a estudiar cómo podría conseguirse”.

Estas declaraciones se producen después de que la semana pasada el Presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, propusiera a los líderes europeos que aumenten la capacidad operativa del Fondo para hacerlo más flexible, “de manera cuantitativa y cualitativa”, en un movimiento que causó sorpresa en la mayoría de las capitales, sobre todo porque su anuncio coincidió con el día en que Portugal realizaba una importante colocación de Bonos en el mercado, operación que resultó exitosa y que supuso un respiro para el Gobierno de José Sócrates.

Por su parte la ministra de Economía, Elena Salgado, ha negado que la Unión Europea esté debatiendo la posibilidad de ampliar el Fondo para hacer un traje a la medida de nuestro país. Salgado, tal y como defendió el Presidente del Gobierno en la última Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la UE en diciembre, apuesta porque el Fondo se flexibilice, “de tal modo que se pueda utilizar toda su capacidad”.

El Fondo de Estabilización se creó en mayo para acudir al rescate de Grecia , y se usó también posteriormente en el de Irlanda, con 750.000 millones de los que 440.000 corresponden a aportaciones de los países europeos en función de su porcentaje de participación en el capital del Banco Central Europeo, pero en realidad sólo se puede disponer de préstamos por importe de 250.000 millones ya que el resto es utilizado como garantías de los propios créditos, condición indispensable para que el Fondo conserve la calificación crediticia de Triple A, lo que ha atraído hacia él a inversores de China y Japón en las últimas semanas.

Otra de las opciones que se barajan para ampliar la capacidad operativa del Fondo es que pueda utilizarse, además de para dar préstamos a los países, para comprar directamente bonos de los países, actividad que realiza ahora el Banco Central Europeo, entre otras posibilidades.

Así las cosas lo más probable es que ni del Eurogrupo de esta semana salga un acuerdo definitivo sobre un posible cambio en las características del Fondo, sino que serán los propios jefes de estado los que analizarán la situación en las Cumbres que tienen previsto celebrar el 4 de febrero y posteriormente a mediados de marzo.