«La demanda turística internacional sigue siendo sólida, pese a los desafíos»

—El terrorismo y las convulsiones políticas como el reciente golpe de Estado en Turquía son un reto para la industria turística. ¿Qué cree que debería hacer la industria turística mundial para luchar contra este tipo de fenómenos?

—Las diferentes crisis que los destinos puedan experimentar constituyen una preocupación vital no sólo para el sector del turismo, sino para todos los sectores de la economía. En el caso específico del turismo, el desarrollo del sector depende en gran medida de nuestra capacidad colectiva de promover unos viajes seguros y fluidos. Pero, el papel del turismo está aún infravalorado y la integración de los viajes y el turismo en las estructuras y los procedimientos nacionales de emergencia solo tiene lugar, a veces, cuando ocurre un incidente grave. Desde la Organización Mundial de Turismo (OMT) alentamos a los países a que el turismo sea parte integral de los planes de riesgo y emergencia en todos los destinos y hacemos un llamamiento a que turismo y seguridad trabajen de la mano. En enero de este año la OMT reunió en Madrid a ministros de Turismo y altos funcionarios de 86 países para dialogar sobre el desarrollo de mecanismos que permitan estrechar la colaboración entre las administraciones de turismo y de seguridad a fin de garantizar un marco más seguro, y a la vez fluido, para los viajes. Se insistió en la naturaleza global de los retos de seguridad, así como en la necesidad de hallar soluciones también globales, a la vez que se incrementa la ayuda colectiva a los países afectados. Es esencial abordar cualquier tipo de crisis de manera transversal y global, pero teniendo siempre presente que el sector del turismo es uno de los más resilientes y con más capacidad de recuperación tras una crisis del tipo que sea. Lo hemos visto en destinos que han sufrido desastres naturales, crisis políticas o epidemias y que en poco tiempo han visto cómo la reducción temporal de llegadas de turistas ha dado paso a nuevos viajeros.

—De la misma manera, el terrorismo y la inestabilidad están desplazando a millones de turistas hacia otros destinos. ¿Cuáles son las principales tendencias que han etectado desde el OMT? ¿Puede haber destinos que se lleguen a saturar?

—No es cierto afirmar que el aumento de llegadas de turistas que experimentan ciertos destinos se debe en exclusiva a una reducción en áreas concretas. Si medimos de manera objetiva estos aumentos no se corresponden numéricamente a las pérdidas que desafortunadamente han tenido otros destinos. Si un destino experimenta un notable desarrollo este resultado se debe a la aplicación de políticas adecuadas en el sector, la calidad de su oferta y a haber trabajado en la dirección correcta. Otro aspecto diferente es la posible saturación de destinos. Diversificar la oferta, innovar apoyando segmentos como el turismo gastronómico, cultural o de naturaleza y o trabajar para reducir la estacionalidad son algunas de las estrategias que recomendamos para la gestión de la posible congestión turística. En todo caso la tendencia más importante es que la demanda turística internacional sigue siendo sólida, a pesar de los desafíos presentes, lo que demuestra que el turismo es un sector económico dinámico y resistente.

—Parece que la industria turística, pese a todas las incertidumbres, sigue robusta y este año crecerá alrededor de un 4%. ¿Cuáles son las últimas previsiones de la OMT?

—El año 2016 arrancó con fuerza en lo que se refiere al turismo internacional. Nuestras estimaciones son de que la llegada de turistas internacionales a nivel mundial crezca entre un 3,5% y un 4,5% este año. Por ahora los datos confirman estas estimaciones. Las llegadas de turistas internacionales aumentaron un 5% entre enero y abril de 2016, según el último Barómetro OMT del Turismo Mundial, y las perspectivas para mayo-agosto son también positivas, previéndose que en este periodo vacacional que representa la temporada alta para el hemisferio Norte, alrededor de 500 millones de turistas viajarán al extranjero. El turismo es uno de los sectores más poderosos, no sólo en cuanto a creación de empleo y a desarrollo económico, sino también como elemento de transformación, de intercambio cultural o de concienciación medioambiental. 2015, con casi 1.200 millones de turistas internacionales, ha concluido como sexto año consecutivo de crecimiento por encima de la media del sector, a pesar de la crisis financiera global y de los múltiples retos a los que se enfrentan las sociedades contemporáneas. La previsión es seguir creciendo hasta alcanzar 1.800 millones de turistas internacionales en 2030.

—En el caso de España las previsiones anuncian otro año récord en llegada de turistas internacionales, que podrían rebasar los 70 millones. ¿Qué opina del modelo turístico español, basado sobre todo en el sol y la playa? ¿Es sostenible en el tiempo?

—España es el tercer destino más importante del mundo en llegadas de turistas internacionales y en ingresos por turismo internacional, pero también una referencia en cuanto a apoyo institucional, desarrollo del sector, inversión en innovación y en diversificación. Disiento con que el modelo español esté basado en el turismo de sol y playa, que por otro lado, es absolutamente legítimo. Lo cierto es que nada tiene que ver la oferta del país hace décadas con lo que hoy puede encontrarse un viajero que visite España debido, sobre todo, a la notable diversificación que ha experimentado el sector. En la actualidad, segmentos como el turismo cultural, de naturaleza o rural, religioso, de salud, gastronómico o de deportes atraen a un número cada vez mayor de turistas internacionales y no sólo durante la temporada estival. Es en esta dirección en la que el país debe continuar trabajando para mejorar la calidad.