Bruselas quiere auditar las cuentas de los Estados para evitar nuevas farsas

Bruselas quiere auditar las cuentas de los Estados para evitar nuevas farsas

La Comisión Europea quiere evitar que el caso griego vuelva a repetirse y para ello propone auditar las cuentas que mandan los Estados. Ayer, el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, insistió en la propuesta lanzada por su antecesor Joaquín Almunia para controlar mejor las ... estadísticas que mandan a Bruselas los países europeos. Y es que durante años, la CE estuvo dando por buenas las cifras enviadas por el Gobierno de Atenas tras haber sido debidamente falseadas.

La idea sería que la oficina de estadísticas europea, Eurostat, tuviera capacidades auditoras para controlar mejor la información, sobre todo de aquellos países que están sometidos a procedimiento de infracción por déficit excesivo.

Mientras, los ministros de Economía de la Eurozona no se salieron ayer ni un milímetro de la línea marcada por los Jefes de Estado en la cumbre del pasado jueves, o lo que es lo mismo, reiteraron el apoyo político a Grecia y no dieron ningún detalle de un hipotético plan de rescate para ese país en el caso de que fuera necesario.

El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, aseguró a la entrada de la reunión que se esperará a marzo, fecha de la primera revisión de la marcha de las cuentas públicas griegas establecida por la CE, para exigir nuevas medidas de ajuste a Atenas.

En este contexto cayó como un jarro de agua fría una información publicada el fin de semana por el diario «New York Times» sobre una supuesta operación de derivados financieros realizada hace unos años por el Gobierno griego para ocultar su deuda, operación que habría contado con el asesoramiento de algún banco norteamericano.

«Grecia saldrá sola»

Por su parte, Yorgos Papandreu, primer ministro socialista griego, lo dice alto y claro en Moscú, donde se encuentra en viaje oficial: Grecia puede salir y saldrá sola adelante con su programa de austeridad, y no ha pedido ayuda financiera de la UE ni de la comunidad internacional. Pero sí ha insistido en que espera apoyo político europeo.

Y su ministro de Finanzas, Yorgos Papaconstantinu, reunido ayer con sus homólogos en Bruselas, confirma que su país se opone a introducir medidas adicionales en su programa, pero espera «un apoyo más explícito» de la UE. Papaconstantinu ha dejado caer que Grecia tiene un «déficit de credibilidad» y que si se tomaran medidas de austeridad adicionales se mandaría un mensaje negativo a los mercados extranjeros. Y con ironía ha comentado que su Gobierno «intenta cambiar el curso del Titanic...» Hoy martes, en la reunión del Ecofin, se verá cual será la posición final de ayuda de la Unión Europea para Grecia.

De forma extraoficial se rumorea en Atenas que los dirigentes griegos sienten que no pueden anunciar nuevas medidas aún mas duras por el momento, debido a la fuerte presión tanto del electorado como de los sindicatos . Y la idea de un calendario detallado y una vigilancia permanente de la UE les ayudará a cumplir ( y justificar) las medidas actuales. Piensan que sería conveniente esperar hasta marzo, cuando tendrá lugar la primera inspección comunitaria para verificar la aplicación y eficacia de las medidas ya tomadas.

Se habla de que hay fuertes presiones, especialmente francesas y alemanas, para añadir medidas adicionales que reducirán aún más el gasto público y aumentarán la presión fiscal, como subir en dos puntos el IVA y eliminar una paga a los funcionarios, medidas difíciles de aplicar con la actual presión tanto de los sindicatos como de la mayoría de la izquierda griega, contraria a lo que ven como medidas antipopulares y en algunos casos injustas.

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