Rajoy prepara con FAES el último tiempo muerto de 2011
La Fundación que preside Aznar trabaja en una revisión profunda del Estado de las Autonomías como eje reformista del eventual Gobierno del PP
JOSE ANTONIO NAVAS
Probablemente el presidente del Real Madrid sólo pretendía desviar la atención acerca de la última polémica suscitada por su entrenador José Mourinho , pero lo cierto es que las recientes declaraciones de Florentino Pérez alabando con especial empeño la disposición de Zapatero a la ... hora de hacer los deberes económicos no han caído nada bien en el seno del Partido Popular. En la oposición discrepan del optimismo confeso con que algunos hombres de negocio tratan de mantenerse en galaxias cercanas al poder establecido con paños calientes y viejas letanías al uso de si hemos tocado fondo o si estamos a punto de salir de la crisis. Mariano Rajoy está tomando buena nota de todas las opiniones y confía en que nadie tenga que tragarse sus palabras cuando cambie el sentido de la marcha política y se demuestre que la economía patria ha quedado hecha un erial.
El líder del PP considera que es absurdo jugar a la botella medio llena o medio vacía con todo lo que falta por hacer y padecer en España. Hasta el siempre prudente José Manuel Campa reconoce en privado que los primeros meses de 2011 van a ser muy complicados y aunque el secretario de Estado de Economía espera que el año se cierre con mejores perspectivas , los inversores no dejan de apostar por un rescate financiero que demuestre a las claras la intervención efectiva de las potencias europeas en nuestro país. Desde hace un tiempo no es precisamente Zapatero quien mece la cuna de las más duras decisiones económicas y allá cada uno si quiere seguir engañándose con esas cumbres empresariales de alta alcurnia convocadas por Moncloa para vestir de apariencia al rey desnudo que responde por el cargo de presidente del Gobierno.
España se mueve a tirones de orejas, de manera espasmódica y a partir de un goteo de medidas que siempre van a parecer traumáticas mientras nadie se atreva a explicar la crudeza del momento que vivimos. El equipo económico de Rajoy quiere recuperar la iniciativa con una estrategia global que suponga la reconsideración de las finanzas públicas mediante un programa integral de política económica, incluyendo todas las reformas estructurales necesarias.
El mercado laboral, la negociación colectiva y el sistema público de pensiones son asignaturas de primer grado que están todavía pendientes de cursos pasados pero además hay que aprobar otras materias que son indispensables para volver a codearnos con los primeros de la clase en Europa. El segundo ciclo de reformas comprende aspectos sociales básicos como la educación o la sanidad, además de algunos sectores estratégicos de actividad económica, en especial al mercado energético , donde se quiere acabar con esa manía que le ha entrado al ministro Sebastián de felicitar el año a los españoles con descomunales subidas del recibo de la luz.
Pero la madre de todas las reconversiones es la que afecta a ese híbrido typical spanish consagrado bajo el solemne enunciado del Estado de las Autonomías, que singulariza desde un punto de vista presupuestario a las diversas demarcaciones geográficas de la nación como centros de gasto irredentos sin mayores obligaciones a la hora de generar sus propios ingresos . Una invitación a la barra libre, de esas que no cuestan y donde todos se hinchan la cesta mientras legitiman su irresponsabilidad fiscal en señal de desagravio por la deuda histórica que el oprobioso centralismo acumuló durante el Antiguo Régimen.
Como el mismísimo Prestige
Elena Salgado se ha atrevido por fin a destapar el pozo sin fondo de las comunidades con un ejercicio de transparencia sobre el cuadro clínico de cada gobierno autonómico , pero lo ha hecho con la intención de tranquilizar a los mercados y sin mayor ánimo de enseñar en la plaza pública las vergüenzas de los hedonistas más ruinosos. El PP tiene otros objetivos y en ellos está trabajando el laboratorio de FAES, donde un grupo de expertos capitaneados por Javier Zarzalejos, antiguo secretario de la presidencia con Aznar, viene analizando los pros y contras de sellar para siempre el agujero negro de las autonomías como si fuera el mismísimo Prestige.
Desde el burladero de las ideas teóricas no hay más conclusión que una reforma del Título VIII de la Constitución a fin de procurar nuevos poderes al Estado central en su labor de control y supervisión sobre las regiones. En la práctica habrá que ver lo que puede dar de sí un eventual Gobierno del PP, pero Rajoy es el primero que arenga a su grupo de colaboradores y les anima a dotarse de un especial valor como garantía para recuperar una acción política con suficiente confianza interna y externa . Dentro de un año, y al paso que camina España, los retos serán gigantescos, aunque en lógica contrapartida el listón de Zapatero estará por los suelos. Con ambas premisas el silogismo exige una mezcla virtuosa de rapidez con determinación. Y, desde luego, no caer en falsos optimismos, que ya se ha visto para lo que sirven.
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