La prensa argentina dispara contra el corazón y la imagen de España

En todo caso, la medida de represalia no ha sido adoptada al otro lado del Atlántico como una llamada de atención o la aplicación de un severo correctivo a Kirchner, sino que los rotativos han cerrado filas con la decisión de su máxima mandataria. Poniendo en práctica el lema de «el mejor ataque es una buena defensa», rotativos como «La Nación» disparan directamente contra una España que « está en el centro de una tormenta perfecta » tras la decisión, esgrime el periódico nacional, de Cristina Fernández de Kirchner de hacerse con el 51% del capital de la petrolera filial de Repsol . «Una España golpeada por la crisis se encuentra ante varios frentes que debilitan las certezas construidas desde el retorno de la democracia y los años de vacas gordas: la buena imagen de la Monarquía, la relación entre Madrid y las regiones y la prosperidad de sus empresas en América Latina», escribe la corresponsal en Madrid para el periódico argentino. Y utiliza para ilustrarlo a fuentes informantes como Antón Losada , profesor de Ciencia Política en la Universidad de Santiago de Compostela y conocido azote contra el Gobierno popular y la Monarquía. «La polémica del viaje del Rey a Botsuana llega precedida de un escándalo por presunta corrupción que implica al yerno del Monarca , Iñaki Urdangarín », comenta al diario Losada.

Además de este artículo en contra de las bondades de los pilares que sustentan a la España actual, «La Nación» completa también su cobertura informativa con las palabras del expresidente Carlos Ménem a otro diario local, «La Crónica», advirtiendo que después de privatizar la empresa petrolífera en los años 90, ahora secundará el proyecto de Cristina Kirchner. También «Clarín» tiene una artillería completa para informar a sus lectores, no sólo sobre la decisión de la Eurocámara sobre los incentivos en la entrada de productos argentinos a la zona euro, sino también especialmente sobre la presión que el G20 y Estados Unidos ejercerán sobre el que han bautizado como «proyecto K» que, a pesar de la reprobación internacional -informa- cuenta con amplio respaldo de la oposición en Argentina al Gobierno vigente.