La caída del petróleo sumará tres décimas al crecimiento económico de España

Para demostrar que somos un país muy dependiente energéticamente hablando basta con recordar que en la península sólo se produce el 0,5% del petróleo y del gas que consumimos, por lo que necesitamos importar el 95% de esas materias primas. Con todo el petróleo que se extrae aquí llenaríamos tan solo un barco, cuyo contenido sería procesado en una refinería en pocas horas.

La factura energética supone un desembolso anual de unos 40.000 millones de euros en importaciones de crudo y gas . El descenso de los precios del petróleo ha ocasionado un ahorro de 6.260 millones de euros en el balance del comercio exterior en el primer semestre. Según datos de Economía, el déficit energético en ese periodo bajó hasta los 14.040 millones de euros, un 30,8% menos que entre enero y junio de 2014 (20.299 millones). Incluso, el coste de las importaciones sólo de petróleo ( 9.911 millones ) en el primer semestre ha sido un 37% inferior al de este periodo del ejercicio pasado. Además, como los datos del departamento que dirige Luis de Guindos llegan hasta junio y el mayor descenso de los precios del crudo se han producido en julio y agosto, el ahorro en la factura energética será aún mayor en los próximos meses. Por lo tanto, el Estado se ahorra esos 6.260 millones de euros , o más, dinero que podrá destinar a otros menesteres.

Esta bajada del petróleo hace que se abaraten los precios de los carburantes. Por eso, el Gobierno está muy atento a que las petroleras apliquen ese descenso a los combustibles . En cualquier caso, el ahorro repercute directamente en las familias y en las empresas, que ven descender sus costes y tienen más dinero en sus bolsillos. Además, el ligero incremento de la demanda de carburantes generará más ingresos al Estado vía impuestos.

Por otra parte, el sector que se puede ver más perjudicado por la bajada del petróleo es el de los bienes de equipo , cuyas empresas están liderando las exportaciones españolas al realizar numerosos e importantes proyectos energéticos en el extranjero , como por ejemplo Tubos Reunidos, y que podrían sufrir la paralización de nuevas inversiones de los países productores de crudo y gas.