España quiere ser algo más que fútbol para el mercado musulmán

La ciudad de Córdoba es una de las primeras que se han puesto las pilas y buena parte de esa delegación se nutre de cordobeses. A la cabeza, Rafael Navas, primer teniente de alcalde, que ha cerrado un acuerdo para celebrar en marzo una «roundtable» con empresarios de la región y representantes de los países integrantes en este foro. «La Marca Córdoba tiene gran valor en el mundo islámico y por eso queremos que nuestra ciudad sea un referente para cualquier empresa europea que busque ese mercado. Además, queremos avanzar en sectores tan importantes como la agroalimentación, la joyería y, por supuesto, el turismo».

Pero en el WIEF también hay hueco para los pequeños empresarios. Es el caso de Flora Sáez, que dirige una agencia de viajes especializada en el turismo para clientes musulmanes. «Hemos tenido que ser muy didácticos con los proveedores a la hora de explicarles cuáles son las necesidades de este colectivo. Es un mercado interesante que apenas estamos aprovechando y, si queremos acercarnos a ellos, tenemos que ser conscientes de sus demandas». Los datos hablan por sí solos: España es el tercer país más visitado en todo el mundo, pero para ellos no está, ni siquiera, entre las primeras opciones dentro de Europa. Flora explica los motivos: «Durante muchos años lo hemos tenido muy fácil para atraer turismo, y nos hemos quedado dormidos. ¿Qué les vamos a vender a los árabes? ¿Sol y playa? ¡Es lo que más les sobra aquí!», comenta entre risas. Pero los problemas van más allá de lo económico: «No hay casi establecimientos halal en España y los clientes se quejan de las trabas administrativas para lograr el visado. Muchos, ante este panorama, no vienen».

Sin embargo, nuestro país sí cuenta con un gran reclamo para los turistas musulmanes. «El fútbol es ahora mismo su mayor interés. El Madrid y el Barça hacen una labor de marketing estupenda, mucho más que nuestras instituciones. Pero la mayoría desconoce el legado cultural que su religión dejó. Y cuando lo descubren, se emocionan. Yo he visto a muchos de ellos llorar ante la mezquita-catedral de Córdoba o la Alhambra de Granada».

Isabel Romero, presidenta de la Junta Islámica, comparte también la opinión de Flora. «Tenemos una base muy importante, pero necesitamos seguir trabajando. A día de hoy, en España solo existe un restaurante con el certificado halal en Córdoba y un hotel en Marbella». Sin embargo, muchos empresarios acuden a su fundación para intentar acercar sus productos o establecimientos al turista musulmán. «Es complicado que un restaurante restrinja la venta del alcohol. Pero sí podemos garantizar al visitante que una parte de la carta que va a encontrar es halal y que tiene destinado un espacio concreto para él donde no verá, por ejemplo, jamones colgando». Pide, además, introducir en la producción de alimentos pequeños cambios que el consumidor español ni siquiera notaría para adaptarse a las necesidades culturales de los musulmanes. «Hasta las hamburguesas de McDonalds que se sirven en Marruecos y otros países árabes se hacen en España. Estamos preparados para dar ese salto».