Bruselas «olvida» el legado de Rossevelt sobre la separación de la banca comercial y de inversión
La Comisión Europea descarta en su borrador de reforma del sistema financiero la separación de la banca de inversión y comercial
Bruselas «olvida» el legado de Rossevelt sobre la separación de la banca comercial y de inversión
En el contexto histórico de la Gran Depresión, con un ramillete de entidades financiera caminando hacia la quiebra por la retirada masiva de depósitos por parte de una población golpeada por el desempleo, Estados Unidos aprobó una revolucionaria regulación bancaria para tratar de aislar los ... problemas financieros de la economía real. La conocida como Glass-Steagall, aprobada en 1933 bajo gobierno del presidente Franklin D. Roosevelt , consagraba la separación de la banca comercial de la banca de inversión. Con el advenimiento de la actual crisis, en Europa fueron muchas las voces que plantearon la introducción de una legislación similar. Sin embargo, los primeros datos que se han revelado desde Bruselas no contemplan rescatar ese legado sobre el que Roosvelt y Estados Unidos cimentaron parte de su futuro económico .
La ley Glass-Steagall configuró un marco de regulación bancaria caracterizada esencialmente por esa separación entre la actividad comercial y las operaciones con carácter especulativo o de alto riesgo. Otras de las medidas que acompañaron el proyecto fue una ley anti-monopolio que limitaba en un 18% el control por una institución financiera . Además, los bancos fueron vetados a participar en el negocio de los fondos de pensiones y a los banqueros se les privó de la posibilidad de participar en los Consejos de Administración de compañías industriales. En paralelo, se introdujeron también otras cortapisas, siendo la más importante la de que solo podían obtener en el mercado bursatil el 18% del total de sus ingresos .
La consecuencia inmediata de esta regulación fue que durante décadas los grandes bancos mundiales fueron europeos o japoneses. Pero con el paso del tiempo, y el mayor predicamento que comenzaron a tener a partir de la década de los 70 las teorías en favor de la desregulación financiera, aquella ley pionera fue poco a poco desdibujándose mediante pequeñas «contrareformas». Pero fue definitivamente en el año 1999 cuando cualquier atisbo de regulación sobre el mercado financiero estadounidense saltó por los aires. La Administración demócrata de Bill Clinton aprobó la Ley Gramm-Leach-Bliley, que derogaba de facto las regulaciones de Glass-Steagall . La nueva norma llegó a punto para dar carta de legalidad a la fusión entre el banco Citi y la aseguradora Travellers Gruop, dando lugar a la mayor entidad financiera del mundo. La época de los too big to fail-demasiado grande para caer- había llegado.
Es cierto que los dos grandes colosos financieros estadounidenses que cayeron con la crisis de 2007 fueron AIG, la mayor aseguradora del mundo, y Lehman Brothers , un banco de inversión, dos entidades «independientes» en su negocio y que habrían desarrollado el mismo pese a la derogación de Glass-Steagal, pero también lo es que el tamaño que alcanzaron fue parejo al crecimiento de los conglomerados financieros, y a las operaciones de éstos, derivadas de dicha supresión. Al igual que es también cierto que tanto Bank of America y la propia Citigroup requirieron de sosten público para asegurar su viabilidad futura .
En Europa, han sido varios los países que han planteado en los últimos años una separación entre la banca de inversión y la comercial, para no «implicar» los flujos de depósitos en actividades de mayor riesgo. En el Reino Unido, cuya capital es una de las grandes plazas financieras del mundo, la Comisión Parlamentaria de Normas Bancarias ha estudiado introducir nuevas regulaciones en su panorama bancario. A finales del año 2012 el Financial Times apuntaba a que en esa comisión se había debatido sobre la introducción de componentes regulatorios al estílo Glass-Steagall. Y llegaba a afirmar, en virtud de una encuesta, que «más de la mitad de los parlamentarios británicos aprobaría una separación total de la banca británica, siguiendo el modelo de reformas de Glass-Steagall». Ese mismo año 2012, el parlamento italiano registró hasta cuatro propuestas para debatir la introducción de esta regulación , aunque tuvieron que ser archivadas por el advenimiento de la convocatoria electoral de febrero de 2013.
El debate está muy vivo en otros países. En Bélgica, el primer ministro, Elio Di Rupo, criticó que la banca belga que requirió de ayuda pública para sobrevivir, Dexia y Fortis, luego criticasen al estado por su endeudamiento, que se había producido en parte por cubrir sus pérdidas: « Mi convicción es que tenemos que reducir el tamaño de los bancos , proteger los activos de los ciudadanos de modo que podamos evitar que el Estado tenga que intervenir». Islandia, Suiza y Suecia son otros países que han debatido en sus parlamentos nacionales alguna regulación al respecto.
Pero pese a esa buena predisposición y a los discursos refundacionistas del capitalismo, la Comisión Europea ha limitado la regulación sobre las entidades consideradas sistémicas. La propuesta del Ejecutivo europeo no contemplará finalmente alguna de las recomendaciones de sus propios expertos , aunque ha pesado más la voluntad de Francia y Alemania para mantener el statu quo de sus grandes bancos. No obstante, la normas, que entrarían en vigor a partir de enero de 2017, si conferirá al Banco Central Europeo podría recomendar a esos grandes bancos esa separación, pero sólo si atisba riesgos potenciales. Es decir, no una actitud preventiva de los desequilibrios sino correctora de los que se produzcan.
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