Juan Manuel Urgoiti: «Estamos en el buen camino para salvar Pescanova»

-Nada más llegar, con la compañía en una situación extremadamente difícil, aseguraba que podría volver a ser viable. ¿Cuál es su impresión ahora?

-Estoy satisfecho con cómo están yendo las cosas. Hay problemas todos los días, como es lógico, pero vamos avanzando en el buen camino para salvar la compañía. Fue muy importante constituir el nuevo consejo de administración del pasado 12 de septiembre , cuando se ratificó mi nombramiento como presidente y con cuatro consejeros independientes más tres de los accionistas de la etapa anterior. Este hecho dio confianza a toda la empresa, que siguió funcionando a pesar de estar en quiebra. De hecho, este año cerraremos con una cifra de ventas ligeramente inferiores a las del año pasado, lo que tiene un gran mérito que hay que apuntárselo a todos los empleados y directivos de la compañía. Quiero dar un voto de agradecimiento a la plantilla por cómo se está comportando, han respondido de forma extraordinaria a pesar de la complicadísima situación de la empresa.

-En cualquier caso, el futuro de la compañía aún está en el tejado de los acreedores...

-Sí, pero confío en que ayuden a la compañía a salir adelante. En realidad está en manos tanto de los acreedores como de los inversores. Ahora bien, la primera de las etapas para el futuro de Pescanova era conseguir nuevos inversores, y se ha logrado. Si no, no podríamos haber pasado a la segunda etapa en la que estamos ahora. El consejo de administración de hace un par de jueves analizó las cinco ofertas presentadas para reflotar la compañía, y se de cidió escoger la propuesta liderada por Damm , junto a tres fondos (Luxempart, KKR y Ergon capital). La cervecera y sus socias pusieron sobre la mesa un balón de oxígeno de 250 millones de euros para evitar la quiebra y la liquidación de la empresa, si bien la banca acreedora tendrá al final la última palabra, ya que debe aceptar una quita de la deuda que Pescanova mantiene con ella de más del 75% que yo mismo había previsto. Más bien en el entorno del 80-85%, entre 2.000 y 3.000 millones de euros.

-¿Qué criterios siguieron para decantarse por la oferta de Damm y sus socios?

-Antes de nada quiero aclarar que el consejo se reunió exclusivamente con los consejeros independientes, por tanto ningún accionista anterior o dominical estuvo presente en este consejo de aceptación de una oferta. Se analizaron las cinco ofertas que se admitieron hasta el mismo momento de empezar el consejo, cuando muchos dudaban si quiera que hubiera una sola propuesta. Analizamos las ofertas en base principalmente a cuatro criterios. Primero, teniendo en cuenta quién ofrecía más para garantizar la supervicencia de la empresa. Segundo, la seguridad del ofertante, en el sentido de en qué términos estaba hecha la oferta y la solvencia y experiencia de quién estaba detrás. Tercero, el compromiso de llevar el proceso adelante, es decir, inversores que de verdad quisieran que la empresa siga funcionando y tenga un futuro mejor. Y, por último, el grado de diversificación de la oferta del inversionista. En cierto sentido, es preferible tener tras la oferta varios inversores que uno solo, sin desmerecer ninguna otra propuesta por supuesto. Tras analizar todas las ofertas cuidadosamente y al detalle nos decidimos por la que encabezaba Damm. Todos son inversores con gran experiencia industrial, empresarios acreditados y con conocimientos del sector. Una decisión que llenó de optimismo a la compañía, que lo necesitaba para seguir adelante.

-Pero hay reticencia entre los accionistas minoritarios...

-Estamos hablando con todo el mundo. No queremos que nadie se sienta desinformado. Nos llamaron, y yo les he emplazado a reunirnos sin problemas. Les informamos con total transparencia. Queremos que Pescanova sea una unidad, que rema en función de su desarrollo. Ya hemos hablado con ellos, vamos a seguir hablando, les daremos toda la información que podemos dar.

-Hablaba de la siguiente etapa, la actual, la de llegar a un acuerdo entre nuevos inversores y acreedores para salvar a la compañía...

-Sí, es la fase de hablar con la banca acreedora y de llegar a un acuerdo respecto a la oferta presentada por los inversores. He de decir que la banca está teniendo una postura positiva, lo que tiene un mérito extraordinario porque somos conscientes de que asumir una quita seguramente superior a la que había previsto yo en principio, al 75% de la deuda, es muy complicado de digerir. Y me consta que están muy colaboradores. De hecho, está primando el deseo de que Pescanova siga adelante a posiciones particulares. Se ha creado entre todos un ambiente en el que prima la idea de que es una empresa marca España, que no se puede dejar caer. Por supuesto que hay discusiones, y diferencias, pero bien enfocadas hacia un punto común: que Pescanova siga viva. En definitiva, esta segunda etapa está marcada por el objetivo de salvar a nuestra filial en Chile y por un nuevo convenio con los bancos y el resto de acreedores. Una vez superado, soy optimista. La compañía ya ha hecho todo lo que podía hacer. Los administradores concursales también han trabajado muy duramente. Ahora hace falta que inversores y acreedores vayan de la mano. Quedaría la aprobación del nuevo convenio por parte del juez para llevarlo ante la junta general de accionistas.

-¿En qué punto se encuentra la filial chilena?

-Los problemas de Pesca Chile están en proceso de arreglarse. Pescanova pugnará en su objetivo de no perder esta valiosa filial con las ofertas de los gigantes Marine Harvest (Noruega) y Cooke Aquaculture (Canadá), a las que se ha sumado también el fondo norteamericano Fidelity. Hemos trasladado al administrador concursal de Pesca Chile que la oferta del consorcio liderado por el presidente de Damm, Demetrio Carceller, junto a los fondos Luxempart, KKR y Ergon Capital es atractiva y satisfacerá a los acreedores, teniendo en cuenta que ha logrado el compromiso de la banca acreedora de estudiar el plan de viabilidad de la filial chilena, con una línea de crédito de unos 45 millones. Esperamos llegar a una solución definitiva antes de que acabe el proceso de concurso de acreedores. Estoy seguro de que la vamos a salvar.

-¿Hay otras filiales en peligro?

-No. Hay mejoras por hacer en alguna de ellas, pero estamos ya trabajando en ello.

-¿Se llegarán a acuerdos con socios locales?

-No, no es nuestro propósito.

-¿Venderán activos estratégicos?

-No, de momento no es la intención. Ahora estamos centrados en salvar la compañía, después vendrá la reorganización de negocios, la consolidación, todo lo que son líneas directas de trabajo, una organización comercial más integrada, etc.

-¿Ajuste de plantilla?

-A largo plazo probablemente habrá algún ajuste, pero de forma no traumática. Pero eso es el día de mañana, cuando la empresa vuelva a funcionar, ahora hay que hacer de nuevo una empresa modelo.