Francia, bajo la lupa por su renqueante economía
El recorte del «rating» de Standard & Poor's a Francia alertando de que la economía gala renquea, somete a más presión al Gobierno socialista, al que Bruselas reclama un contundente plan de contención del gasto público
M. V.
Se dice en Bruselas que Alemania necesita a Francia para disimular su fortaleza y Francia a Alemania para esconder su debilidad. París se ha ido alejando de Berlín —atrás han quedado los paseos de Angela Merkel y Nicolas Sarkozy— dejando al descubierto sus vergüenzas: un ... enquistado desorden en sus cuentas públicas , una economía cada vez menos competitiva y un preocupante nivel de desempleo . Moody's le retiró su «triple A» hace ahora un año , el pasado verano Fitch hizo lo propio y Standard & Poor's, que ya había sacado al país del club de las naciones más solventes, degradó aún más el pasado viernes el «rating» de Francia .
«Francia ha visto pérdidas de competitividad sostenidas durante los últimos 10 años y se necesitan más esfuerzos para corregirlas» , avisó ayer el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, tras revisar el estado de las economías de los países europeos y detectar que Francia suspende en cuatro de los 11 indicadores que utiliza Bruselas para detectar riesgos .
Así, el Ejecutivo comunitario ha vuelto a pedir al Gobierno de François Hollande medidas para combatir el paro y mejorar el entorno para las empresas, haciendo que el gasto público sea más eficiente, simplificando la burocracia para las empresas y reformando el sistema fiscal para que sea más compatible con el crecimiento
Hace ya más de un año que analistas, Alemania y la Comisión Europea vienen alertando al presidente galo de que la economía francesa ha encallado en sus desequilibrios estructurales. Tal y como ilustraba por aquel entonces «The Economist» en su portada, Francia se antoja «una bomba de relojería en el corazón de Europa» . «Si Francia no hace reformas ya, será un problema para el euro» , advertía en una entrevista a ABC el presidente del grupo AXA y del Club Bilderberg, Henri de Castries, un hombre cuyas palabras siempre son escuchadas en el Palacio del Elíseo, sea quien sea su inquilino de turno.
Reformas insuficientes
«Creemos que las reformas iniciadas en el terreno de la fiscalidad, los bienes y servicios y el mercado del trabajo no mejorarán significativamente las perspectivas de crecimiento a medio plazo, cuando la persistencia del paro debilita el apoyo popular necesario para acometer reformas de envergadura en materia política y reformas estructurales. Creemos, así mismo, que la debilidad del crecimiento económico limita la capacidad del Gobierno para sanear las finanzas públicas», justificó Standard & Poor's a la hora de reducir la pasada semana la calificación crediticia de la deuda soberana francesa.
En definitiva, la agencia de «rating» alertaba a Hollande de que las reformas hechas hasta ahora son insuficientes y que el aumento de la presión fiscal aplicada y el incremento del paro están creando un descontento social que dificultará aún más la puesta en marcha de medidas contundentes . «Aunque el impacto de esta rebaja debería ser limitado en los mercados financieros, sí representa otra llamada de atención más para el presidente Hollande y su Gobierno », señala Vincent Juvyns, estratega de JP Morgan.
La situación de las cuentas públicas de Francia es uno de los desequilibrios que más preocupan a las autoridades comunitarias. El Gobierno de Hollande prevé que el déficit público cierre este 2013 en el 3,7% del Producto Interior Bruto (PIB), una décima por encima de la previsión de Bruselas, incumpliendo así su compromiso de reducirlo este año del 4,5% al 3% que exige el Pacto de Estabilidad y Crecimiento. La deuda del país, por otro lado, avanza imparable hacia el 100% del PIB .
El comisario de Asuntos Económicos de la Comisión Europea, Olli Rehn, lleva tiempo reclamando al Ejecutivo galo que deje de aplicar más subidas de impuestos y saque adelante un plan efectivo de contención y recorte del gasto público. Hasta la fecha, la estrategia de Hollande ha sido responder a ese desfase fiscal intentando aumentar la recaudación vía impuestos en lugar de atajar el gasto. Eso ha derivado en una presión fiscal que se sitúa en torno el 48,5% del PIB, presionando a consumidores y empresarios . «No le quedará más remedio que recortar su gasto público, que representa el 57% del PIB, el nivel más alto de Europa», explica Juvyns.
Los analistas, al igual que Standard & Poor's, llaman también la intención sobre el escaso efecto que hasta ahora han tenido las reformas y medidas del Gobierno socialista sobre la actividad económica. Mientras otros países de su entorno, como España, ganan competitividad y atraen la renovada confianza de los inversores , Francia siembra cada vez más recelos. Las exportaciones galas, que representaban algo menos del 30% del PIB francés en 2012, son las que peor se comportan en comparación con España, Italia, Alemania y Portugal. Además, la producción industrial del país registró una caída del 0,7% en septiembre y la tasa de paro ha escalado al 10,9%.
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