Moody's rebaja la calificación de la deuda de Francia desde «Aaa» hasta «Aa1»

A seis meses de su elección como presidente de la República, François Hollande recibe una primera advertencia severísima, precedida, desde hace semanas, de un largo rosario de advertencias del Tribunal de Cuentas, la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional.

Moody's se limitar a retomar todos los análisis de fondo realizados hasta hoy, concordantes de inquietante manera. Hace más de treinta años que Francia no tiene un presupuesto equilibrado, la deuda soberana ha continuado creciendo inexorablemente durante más de tres décadas, el nuevo presidente de Francia no ha presentado unos presupuestos del Estado que permitan confirmar en un hipotético y muy lejano saneamiento de las cuentas del Estado.

A partir de ese análisis, bastante ecuménico entre los economistas, Moody's se limita a subrayar unas “perspectivas negativas”, para Francia y para toda la zona euro.

Moody's añade, por su parte: “La rigidez en el mercado laboral y de los servicios y los bajos niveles de innovación, que siguen llevando a Francia a una gradual pero sostenida pérdida de competitividad y la gradual erosión de su base industrial, orientada a las exportaciones”.

A juicio de Moody's, las perspectivas fiscales y presupuestarias del Gobierno francés son “demasiado optimistas” . La agencia de calificación teme que Francia incumpla todas sus promesas presupuestarias europeas.

En escorzo, Moody's subraya sus reservas sobre el impacto de la degradación francesa en la zona euro: “Cada vez menor capacidad de predecir que el país resistirá a futuros impactos de la zona euro”.

Francia , que la degradó también en un escalón, mientras que la tercera de las grandes agencias de medición de riesgo, Fitch, todavía le otorga, provisionalmente la “AAA”, aunque con perspectiva negativa.