Tenis
Open de Australia: Nadal defiende su atalaya ante un Djokovic desatado
Open de Australia
El balear busca reencontrarse en un torneo en el que reaparece el serbio, con hambre por conquistar su título 22, igualar al español y, de paso, pelearle el número 1
Dónde ver hoy en directo el debut de Nadal en el Open de Australia en en televisión y online y horario del partido
Optimista siempre, porque se trabaja las opciones para serlo, Rafael Nadal ultima la preparación para afrontar el Abierto de Australia. Tantas veces le fue esquiva, por aquello de, entre otras cosas, estar tan cerca en el comienzo del curso, que se saboreó al ... máximo la reconquista el año pasado: su Grand Slam 21, después de seis meses de parón. Para este 2023, es él quien parte desde lo más alto -la baja de Carlos Alcaraz ha supuesto que el balear sea cabeza de serie número 1-, y las dudas llegan más de resultados que por físico. Nadal (36 años) no acabó 2022 de la mejor forma posible, acuciado por la lesión en el músculo abdominal desde Wimbledon y pocas alegrías en el otoño (primera ronda en Cincinnati, octavos en US Open, primera ronda en París-Bercy, dos derrotas en la Copa de Maestros, dos en la United Cup). Como siempre dice, ganar ayuda a ganar porque las inercias y la confianza aumentan. Pero es Nadal. Y peor estuvo en 2021 y acabó obrando el milagro de Melbourne ante todo un Daniil Medvedev que casi lo tenía batido. «Es cierto que en los últimos meses no he podido competir demasiado y que los dos partidos perdidos en Sídney no son la mejor manera de presentarse a un Grand Slam, pero sinceramente, no estoy nada descontento con la preparación que he tenido», comentaba estos días. ¿Repetir título? «¿Por qué no? Estoy en muy buena forma. Solo me falta demostrarlo en competición, necesito ganar partidos».
Hace tiempo ya, quizá desde que Carlos Moyà llegó al equipo en 2017, que Nadal entendió que no necesitaba partidos y partidos y partidos para llegar en perfectas condiciones a un Grand Slam. Que el cuerpo tiene memoria, y más el suyo, cosido además a cicatrices, y que ha desarrollado esa capacidad para saber engrasar en cada juego, en cada set, en cada minuto en pista. Y tendrá buenos primeros exámenes.
Debutará contra el joven Jack Draper, zurdo como él, en progresión y disfrutando de su tercer cuadro final de un grande. Asoman en siguientes rondas, y siguiendo la siempre inestable lógica del ranking, Brandon Nakashima y Yoshihito Nishioka. Hasta que en cuartos puede presentarse Frances Tiafoe, verdugo en el US Open. Daniil Medvedev sería el siguiente obstáculo, y Stefanos Tsitsipas o Felix Auger Aliassime la frontera de las semifinales. El clásico con Djokovic, solo en la final.
Sin embargo, de motivación, como siempre también, va cargado el balear. A la energía de que su hijo lo acompañe por primera vez, busca alicientes para reactivarse y reinventarse. Gustavo Marcaccio, analista y aire fresco, formará el nuevo triunvirato técnico con Carlos Moyà y Marc López tras la marcha de Francis Roig. Cambiar para seguir igual.
En Australia 2022 mordió el Grand Slam 21 con el que deshizo el empate con Federer, y amplió la renta en París con el 22. Un liderato en solitario que desafía en este 2023 Novak Djokovic (35 años), de regreso a Melbourne después de su abrupta salida del curso pasado, deportado por irregularidades en su visado y su negativa a no vacunarse contra el coronavirus. De aquella experiencia no guarda rencor el serbio, decía estos días, pero sí ha sumado ganas y hambre porque es Melbourne su jardín particular. Se ha coronado nueve veces y busca redondear el número. Hacer como Nadal y Federer hicieron en París y Londres. Y, de paso, alcanzar esa cifra de 22 Grand Slams que destroza todas las lógicas.
Por si le faltaran motivos, el ranking también entra en juego. De este Abierto de Australia pueden salir números 1 cuatro jugadores: Carlos Alcaraz, Casper Ruud, Stefanos Tsitsipas y el serbio, que tiene en su poder el mayor número de semanas en el trono (373) y, aunque su objetivo principal es, como el de Nadal, los Grand Slams, no tiene pinta de que vaya a desaprovechar la ocasión de aumentar esa cifra.
Al contrario que el balear, Djokovic llega desatado de confianza y victorias. Desde que perdiera con Nadal en los cuartos de final de Roland Garros, conquistó Wimbledon, Tel-Aviv, Nur-Sultán y la Copa de Maestros -no pudo participar en el US Open y perdió en la final de París-Bercy contra Rune-. Aterrizó en Australia con días de antelación para aclimatarse, ahí se notan las ganas, y levantó el título del ATP 250 de Adelaida -con el que empata a coronas con Nadal, 92- después de deshacerse de Lestienne, Halys, Shapovalov, Medvedev y Korda. Estos son algunos de los nombres que también tienen mucho que decir en este primer Grand Slam del año, siempre abierto a nuevas oportunidades porque apenas se ha tenido rodaje competitivo y el cuerpo anda fresco.
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También es más propicio a las lesiones fortuitas por el paso tan brusco de entrenamientos a competición. De ahí la baja de Alcaraz y la de Marin Cilic. Incluso Djokovic ha alertado estos días. Sufrió en Adelaida un problema en los isquiotibiales que volvió a padecer en su primer entrenamiento en Melbourne Park. «Sentí que se me agarrotaba y no quise arriesgarme. Sólo quería evitar empeorar las cosas», explicó. Guardar fuerzas para lo que llega, el primer Grand Slam y un nuevo capítulo de la eterna batalla por la historia con Nadal. Uno defiende la atalaya, el otro quiere reconquistar su jardín y encaramarse a ella.