Federer - Nadal, una noble rivalidad repleta de leyenda

Pero para que el suizo haya alcanzado tal status en el imaginario del mundo de la raqueta es imprescindible la figura del rival más duro de su carrera, que no es otro que Rafa Nadal. En 2004, cuando se cruzaron por primera vez en la ATP en el cemento de Miami, siendo el español un adolescente y el helvético un joven veinteañero, ambos desconocían que se acababa de iniciar una rivalidad inolvidable; una rivalidad que, al margen de una competitividad feroz, fue protagonizada por el respeto y la amistad.

Aquel primer duelo en la segunda ronda del Masters 1.000 de Miami lo ganó Nadal, comenzando así una ligera superioridad en el enfrentamiento directo que el tiempo confirmó. Así, a pesar de que el suizo le batiera en la final de Miami de 2005 en su segundo choque oficial, ambas leyendas han jugado entre sí 40 partidos ATP y el manacorí ha salido victorioso en 24 ocasiones.

Asimismo, esta dualidad coetánea, casi mágica, de dos tenistas opuestos (donde el suizo derrochaba elegancia y tenis bello; y el español garra, coraje y una psique envidiable) se rubricó en sus enfrentamientos en los cuatro Grandes. Se cruzaron 14 veces en los torneos más prestigiosos del circuito y solo en cuatro ocasiones pudo el de Basilea imponerse a Nadal, su talón de Aquiles.

Pero el punto álgido de tal rivalidad residió en los partidos que deciden los títulos más buscados, las finales de Grand Slam. Y las centrales de Melbourne, Londres y París vivieron un total de 14 tardes que ya son historia del tenis.

Pese a la victoria del balear en la final de Wimbledon 2008 en el que muchos consideran el mejor partido de los tiempos, la hierba del All England Club evidenció la superioridad de Federer en tal superficie. Entre sus ocho títulos en Wimbledon, el suizo superó a Nadal en las finales de 2006 y 2007, no sin sufrimiento, para hacer más grande su leyenda en la hierba londinense.

Sin embargo, en el resto de suelos, el español consiguió imponer su yugo frente a un Federer que solo pudo ganar en la última final de Grand Slam que jugaron entre sí: en 2017 en el Abierto de Australia, donde pudo redimirse de las icónicas lágrimas de 2009, producto de su derrota ante Nadal.

En Roland Garros, la superioridad del español fue siempre notoria: jugaron seis veces la final y, en las seis ocasiones, el rey de la Philippe-Chatrier levantó el trofeo de campeón.

Noticia Relacionada

Los 103 títulos de un campeón inigualable

Michael Viperino

Todos los números de Roger Federer a lo largo de una carrera que se acaba

Al fin y al cabo, dejando los resultados en el arcén, ambos tenistas generacionales regalaron al espectador un tenis cargado de calidad repleto de momentos para el recuerdo que superan la barrera de lo deportivo. La rivalidad se acaba, Federer abandona las pistas y jamás volverán aquellos encuentros de antaño. Pero los recuerdos son imborrables.