Tenis
Carlos Alcaraz, el gran ausente en el Abierto de Australia: parón y cuenta nueva
Baja en el primer Grand Slam del año, donde no puede defender el número 1, el murciano ya prepara el regreso
Carlos Alcaraz
Había ganas de tenis y más que nadie, Carlos Alcaraz. Terminó 2022 como número 1 y con el US Open en su vitrina y la adrenalina lo impulsaba en este 2023 a probar cómo era defender el trono de la ATP en un Grand ... Slam. Sin embargo, el año comienza en pausa para el murciano, ausente en el Abierto de Australia por un desgarro en el músculo semimembranoso de la pierna derecha que aplaza su puesta de largo como el tenista que ve a todos los demás desde lo más alto. No podrá defender esa plaza en Melbourne Park, y tiene tres oponentes con muchas ganas de quitarle la silla: Novak Djokovic, Casper Ruud y Stefanos Tsitsipas.
«Lo de Alcaraz ha sido un mazazo. Por lo que sé estaba trabajando durísimo y estaba muy en forma para llegar a Melbourne lo mejor posible. Estábamos deseando verlo en Australia. Al mejor de cinco sets, en un torneo que le viene muy bien por su forma de jugar y de moverse. El techo del US Open y el número 1 fue una exigencia, además de la forma en que ganó en Nueva York, y creo que eso es un peaje que tenía que todavía pasarle un poco de factura», indica Álex Corretja.
«Ser el número 1 no siempre es fácil, defender ese puesto también genera estrés para el deportista y el estrés provoca en muchos casos lesiones en los músculos, a veces más graves incluso que las que pueden surgir de un mal gesto», añade Lorena Cos, psicóloga deportiva. «Son lesiones que se producen en un momento determinado por un sobreabuso de la cuerda musculotendinosa -así lo explicaba el español: 'un gesto fortuito y forzado entrenando' al intentar llegar a una dejada-, y hay que trabajar en que el jugador recobre la confianza en que va a curarse bien y ya no tendrá molestias. Aunque esas lesiones van despacito, convencerlo de que va a quedar bien y que va a volver a ser el de antes. No es una lesión que disminuya el rendimiento», explica Juan José Muñoz Benito, médico de la selección española de balonmano.
Tanto Corretja como Benito subrayan la importancia de que se fije menos en la ausencia ahora y centre su foco en la recuperación. «En mi opinión, y se lo habrá dicho seguro su entrenador Juan Carlos Ferrero, no se tiene que obsesionar ni con el número 1 ni con el querer estar más semanas arriba. Creo que tiene que seguir mejorando, tiene un futuro brillante. Será otra grandísima temporada por parte de Carlos. Y su temporada de tierra va a ser excepcional por su parte», vaticina Corretja.
Alcaraz, 19 años de muchas cosas aprendidas, pero otras tantas por aprender, ya está centrado en el mañana. La lesión, que requiere más de tiempo que de mayores intervenciones médicas, parece estar descontando los días y el murciano ha puesto fecha a su regreso: el 11 de febrero en el ATP 250 de Argentina. «¡Nos vemos pronto, Argentina!», anunciaba estos días. Este parón es otra de esas lecciones que suma en la mochila.
Después de un año de progresión extraordinaria, cinco títulos (ATP 500 de Río de Janeiro, Masters 1.000 de Miami, Conde de Godó, Mutua Madrid Open y US Open) y número 1 más joven de la historia, también encontró el vértigo de las alturas, admitido por él mismo en otro paso en su educación. «Es la primera vez que no he podido con la presión», señalaba tras caer en primera ronda del Masters 1.000 de Canadá. No es lo mismo subir que mantenerse, aunque Cos subraya que, para un deportista profesional, no debería cambiar demasiado su forma de afrontar las dos vertientes.
«No debería de cambiar mucho ya que las variables psicológicas que influyen en el rendimiento son siempre las mismas. Las rutinas de trabajo aportan estabilidad y también confianza. Es cierto que siempre habrá aspectos particulares del contexto y del momento que vive el deportista que habrá que ir teniendo en cuenta y adaptando en los objetivos. Por ejemplo en el caso del que sube, trabajar las expectativas, el que se tiene que mantener, más enfocado en identificar lo que ha funcionado y repetir patrones». Y lo que mejor repite Alcaraz son las victorias: 57 en 2022, solo detrás de Tsitsipas (61) y Aliassime (60). Las de 2023 solo las ha pospuesto un poco más.