Una niña entre las fieras damiselas

Michelle es el último producto de la factoría Bollettieri en Brandenton. Portuguesa, de padre tenista, Michelle fue empujada por sus parientes para ir a Estados Unidos a los 9 años de edad. Le veían condiciones, y se entrenó duro, muy duro. Con su 1,65 de estatura, tenía problemas por delante, sobre todo en el aspecto físico: «Trabajé muy duro los primeros años, pero ahora se está notando porque me encuentro en plena forma, me siento muy bien». Gracias a su estancia en Florida obtuvo una invitación para el torneo más importante del circuito, aparte de los Grand Slam, y la aprovechó. Demostró su potencial al ganar con 12 años en individuales y dobles el prestigioso Eddie Herr Championships, un torneo para menores de 16 años. Tiempo atrás, Sharapova logró el mismo éxito, pero con un año más que la portuguesa.

Aquí ha mostrado todo su arsenal, pues es una jugadora muy agresiva, valiente y con riesgo en su juego. Ella dice que «no siento la presión por ser un Grand Slam. Lo he afrontado como un torneo más». Y a todo esto aúna una belleza esplendorosa a pesar de su corta edad. Ya hay quien dice que en dos años o tres desbancará a Maria Sharapova o Ana Ivanovic en las portadas glamourosas.