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Boris Becker: «No echo de menos jugar a tenis»

El tenista alemán dedicó 17 años de su vida a la raqueta, que le permitió vivir su sueño, pero está contento de haberlo dejado

Boris Becker: «No echo de menos jugar a tenis» miguel Ángel zubiarrain

laura marta

Icono del tenis de finales de los 80 y principios de los 90, Boris Becker se retiró después de 17 años como profesional. Ahora, con 45, disfruta del tenis desde la perspectiva del comentarista, y no se arrepiente de haber aparcado esa parte de su ... vida que le hizo vivir su sueño.

—¿Por qué se decidió por el tenis? —Practiqué muchos deportes: tenis, fútbol, baloncest0, esquí, natación, pero con el tenis me sentía más cómodo, era el mejor para mi carácter. En otras disciplinas necesitas a mucha gente para jugar, para ganar y perder, pero en el tenis estás tú solo. es individual y fue una de las razones por las que me incliné por el tenis.

—¿Qué es lo que recuerda como la peor parte de ser tenista? —Estar tú solo, jugar por ti mismo. Es la mejor parte y la peor, a la vez. No siempre estás fuerte mentalmente, en muchas ocasiones te sientes débil. En fútbol tienes compañeros que te ayudan y están contigo, pero en tenis estás solo para ganar y también para perder. Eres todo tú.

—¿Podría decirme cuál es su mejor recuerdo en una pista? —He jugado muchísimos partidos, es muy difícil escoger solo uno. Recuerdo sobre todo cuando gané los Grand Slams, grandes partidos de Copa Davis, cuando llegué al número 1, pero mi carrera fue muy larga, 17 años. Y no puedo escoger solo un momento.

—¿Es Wimbledon, con 17 años, el partido que más recuerda? —Sí, ese partido no tengo que recordarlo, siempre está ahí. Me viene a la cabeza solo. Fueron muchas sensaciones.

"El tenis me dio más de lo que soñe, pero estoy contento de no jugar más"

—¿Dónde sitúa el tenis en su vida actual? —Hace tres años que no juego nada de nada. Soy comentarista de los torneos de Grand Slam en una televisión inglesa, pero ya no juego. Tengo lesionado el tobillo, la espalda. Físicamente ya no puedo seguir en una pista. Fue una buena parte de mi vida, pero no es la más importante ahora.

—¿Y mentalmente? —Veo mucho tenis, sobre todo el masculino, porque están en un gran estado de forma. Tengo que comentar los partidos, así que me gusta ver lo que hacen. No me afecta personalmente. Fue una parte muy importante de mi vida, pero no es la más importante ahora.

—Ganó Australia, US Open, Wimbledon, pero no Roland Garros. —Era muy difícil. Jugué en todas las superficies, pero reconozco que la tierra batida era más difícil. A veces se confunde y se piensa que si no has ganado un torneo es porque no te gusta. Nada que ver, solo que no se me dio bien en mi momento. Y sí, prefería quizá un poco más la hierba.

—¿Existen los amigos en el tenis? —Era muy difícil tener amistades porque somos competidores. En un torneo son colegas de entrenamiento. Eres educado, por supuesto, saludas, pero es imposible crear amistades.

—¿Y enemigos? —Stefan Edberg, por supuesto, mi rival número 1, pero en la pista.

—¿Un ídolo de la infancia? —Y de todo, Bjorn Borg.

—¿Qué opina de los actuales jugadores top: Nadal, Federer, Djokovic...? —Son muy fuertes, la competición y la rivalidad entre ellos es muy dura y todo el mundo se beneficia de ello.

—¿Le gustaría jugar contra ellos? —Por supuesto. Honestamente, creo que yo era mejor en hierba y en pista cerrada, pero en tierra, ellos son mejores. Sería un gran partido.

—Conoce a Nadal desde hace mucho, ¿qué opinión tiene de él? —Me gusta mucho, es un gran deportista. Juega por las razones correctas, no es alguien que juega, gana dinero y se va. Espero que dure muchos años.

—¿Echa de menos el tenis? —No, fue una importantísima parte de mi vida, pero ahora tengo 45 años. Estoy retirado desde hace doce. Fue mucho tiempo, y siempre sentí que el tenis me había dado todo lo que tenía que darme, muchos buenos momentos. Pero un día me sentí demasiado mayor para seguir. Así que decidí parar, sin remordimiento ninguno. Por supuesto, podría haber ganado unos cuantos torneos más, pero había que ser realista. Logré más de lo que jamás había imaginado. Vi todos los torneos y los Grand Slams que había ganado y nunca pedí más. Estoy feliz de haber sido tenista, pero también estoy contento de no jugar más.

"Honestamente creo que era mejor que Djokovic y Nadal en hierba"

—Usted y Steffi Graf fueron dos iconos del tenis alemán, que parece que no pasa por su mejor momento. —No está bien. Me gustaría decirte que tenemos los mejores juniors del mundo, pero no, no los tenemos. Tuvimos una edad dorada en los 80, pero los de ahora no recuerdan lo importante que era, lo buenos que fuimos, porque no jugaron con nosotros. La falta de esa conexión es lo que falla en las nuevas generaciones.

—¿Qué le parece la pista azul? Me encantaría probarla. Es mi primera vez en este torneo, creo que es muy modernoy un complejo tenístico increíble. Solo lleva aquí cuatro años, pero es impresionante. Conozco a Ion Tiriac muy bien, fue mi manager y mi mentor, y es una persona muy innovadora, siempre quiere crear algo nuevo y reflexionó sobre la superficie. Quizá en cinco años ya no hable nadie sobre la pista azul. Para el tenis en general es bueno porque tenemos que adaptarnos a los tiempos y mejorar día a día.

—¿Qué cambios hubo en su época? —Recuerdo la primera vez que se introdujo la rebound ace —un tipo de pista rápida— en Australia. A nadie le gustaba porque era muy suave, se calentaba mucho con el calor y era malo para los tobillos, muchos no quisieron utilizarla porque provocaba torceduras. 20 años después nadie habla de eso y todo el mundo la utiliza. Un cambio también drástico fue jugar en pista cubierta. Cuando algo nuevo se introduce todos se sorprenden y lo critican, pero creo que falta perspectiva, no se mira más allá del hoy. Tendrían que mirar cómo era el tenis hace veinte años y cómo es ahora.

—¿Sería otra vez tenista? —Sí, el tenis me ha dado muchísimo y he aprendido mucho de la vida con este deporte. Y si no, hubiera sido futbolista.

—Ahora es un famoso jugador de póker, ¿tiene algo que ver con el tenis? —Mucho. Obviamente no es un juego físico, pero sí muy mental, como el tenis. Es un reto, necesitas concentración, disciplina mental, no mostrar tus emociones. Ah, y necesitas "aces" (saques directos y ases).

—Un equipo de fútbol. —Tengo dos: Bayern Múnich y Chelsea. Sí. Problema para el sábado, no sé con quién ir (risas).

—Un lugar del planeta. —Es muy difícil de decir porque hay muchísimos sitios estupendos. El lenguaje que más hablo es el inglés, por eso me gusta pasar mucho tiempo en Londres. Pero me gusta mucho el aire libre y el tiempo soleado, y para eso nada mejor que España: Mallorca, Ibiza, he pasado muchos momentos allí. Soy un auténtico fan de Europa, de su diversidad. Tantas ciudades con tanta historia: Londres, París, Madrid, Moscú...

—Y le gusta la velocidad. —Mucho. Me encanta conducir coches rápidos. Ahora tengo un Mercedes SLS fantástico, creo que es el más rápido del mundo. Soy inversor en una empresa de venta de coches desde hace 17 años, es una relación muy larga. La sede principal está en Sttutgart, a media hora de la ciudad en la que nací. Se puede decir que cuando yo llegué al mundo lo primero que hice fue montar en un Mercedes.

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