España, contra las cuerdas tras perder el dobles en la final de la Davis

López y Granollers entendieron la magnitud de la cita , muy sueltos desde el primer momento ante los ojos de la gente. La inercia positiva de Londres les empujó en los preliminares, por norma complicados de digerir y más para una pareja que se enfrentaba a la desconocido. Más allá de ganar la Copa de Maestros hace menos de una semana, aquí está en juego una Ensaladera y no cualquiera tiene la oportunidad de luchar por ella. López y Granollers actuaron como se les exigía.

Fue un primer set fantástico, sostenido el equipo español por un Granollers descomunal . Volaba su saque en el O2 Arena de Praga, tampoco lleno en la jornada del sábado, y sus derechas dañaban como bombas. Fue un seguro desde el fondo de la pista y un maestro en la cinta, dueño de las jugadas más espectaculares del pulso. Además, le acompañó Marc López con cierta regularidad, preciso con su derecha como se le presupone.

En un periquete, sin que nadie se hubiera dado cuenta, tomaron la iniciativa ante B erdych y Stepanek, pareja de conveniencia que siempre que defiende la gloria de su país suele dar buenos resultados. Sólo contabilizaba una derrota y fue la de la final del Palau Sant Jordi en 2009, ante Feliciano López y Fernando Verdasco, y encontraron fuerzas en su corazón para mezclarse en el dobles. Ellos van a disputar los cinco puntos de la eliminatoria, la República Checa se reduce a dos nombres.

Stepanek perdió su saque de entrada y el primer set quedó sentenciado desde ese momento. En buena parte porque España jamás permitió que reaccionaran, más compenetrados que nunca. López y Granollers tienen la virtud de ser diferentes a cualquier pareja del mundo ya que no cumplen en casi nada con lo que se espera de un dobles. Cuando saca el rival, ellos esperan atrás y se mueven por donde quieren. Desconcertante estilo, pero efectivo.

Se apuntaron el primer parcial, pero esa situación encendió al enemigo. Los checos entendieron que si había una salida era por el saque de Marc López, seguramente la parte más vulnerable de España, y le rompieron en dos ocasiones, la segunda de forma definitiva. En el duodécimo juego, tres voleas mal ejecutadas por Granollers empañó un trabajo anterior impecable y se escapó una oportunidad magnífica de dejar el pulso visto para sentencia.

Nivelado el partido, España se durmió en el tercer set . Se fue apagando la luz de los maestros porque tampoco invitaba el duelo a demasiados gritos, hora de la siesta. Pero iba despertando Stepanek, un jugador de Davis, exageradamente activo con sus gestos y miradas . Fue minando a los españoles con su actitud y de paso activó a su gente, que devolvía ese compromiso con aplausos. Stepanek siempre gusta en el propio equipo por su compromiso, pero enerva al contrario con sus formas.

Se perdió el set otra vez en el duodécimo juego. Se perdió el set otra vez con el saque de Marc López . Se perdió buena parte de dejar la Copa Davis a un solo paso. Pesó mucho ese resbalón y ni siquiera en los parones hubo aire que tomar. López y Granollers cambiaron su rostro y se dibujaron pocas sonrisas hasta el final.

Con viento a favor, Berdych por fin se entonó sin que hubiera reacción española. Corretja trataba de animar desde la banda sin premio y hasta Granollers perdió su servicio, pena capital. Se puso la República Checa con una ventaja definitiva y se creció en esa cuarta manga. A la tercera pelota de partido cerró la velada y los centroeuropeos toman la delantera en esta final. España está contra las cuerdas.