Pella tumba a Carreño y deja a España al borde del precipicio

A Carreño le seguirá faltando una buena tarde en la Davis, negativa la estadística hasta la fecha (llevaba cuatro derrotas en siete encuentros, ya son cinco) y con algún tropiezo sonoro. Abrió la serie con todo lo que conlleva y ya en el primer juego, al resto, dio la sensación de estar muy metido, sólido desde el fondo y cogiendo el punto a su enemigo. Pella, para quien no lo sepa, es el 25 del mundo y este ha sido el mejor curso de su carrera, con el título de Sao Paulo y los cuartos de final de Wimbledon en la mochila. Un tenista muy completo.

Fue un duelo previsible entre dos jugadores con un estilo muy de tierra, pero competitivos igualmente en pista rápida. Se asume el intercambio con naturalidad en el tenis de hoy en día y hubo muchísimo peloteo, dominando el español en los primeros juegos. Carreño, enchufadísimo, encendió a la Caja Mágica y se disparó al romper el saque de Pella, algo frío e inconsistente.

Pintaba todo de maravilla y Carreño circulaba en línea recta hacia el primer set, pero se le apagaron las luces cuando tocaba llegar a meta. Desperdició un punto de set con 5-3 y entregó su servicio de manera lastimosa, permitiendo que Pella se subiera a un tren que y había perdido. Y no hay nada más peligroso que un argentino resucitado y con compatriotas dando guerra en la grada.

El caso es que Pella, zurdo, batallador, muy correcto, le dio la vuelta a la situación y llegó mucho más vivo al tie break, en el que incluso se puso con 3-1 a favor. Parecía que Carreño se había diluido, pero un magnífico golpe ganador le devolvió el aliento y enlazó seis puntos consecutivos para apuntarse, ya sí, la primera manga, contagiosa su celebración con el puño al cielo y la grada puesta en pie. En 59 minutos, primer paso para España.

Fue un subidón para el combinado nacional, con todo el banquillo festejando la reacción de Carreño. Importaba porque valía un set, claro, pero también porque le concedía una tranquilidad tremenda pensando en lo que quedaba de partido. Más tranquilo y sereno, el asturiano, campeón este curso en Chengdu después de dos temporadas de sequía por culpa de las lesiones, hizo estupendamente bien lo que tenía que hacer y mantuvo la seriedad con la que se presentó. Además, demostró un amor propio poco visto antes, impecable cuando asomaba al abismo. Después de perder su saque en el noveno juego, y prácticamente condenado a disputar un tercer parcial, un Carreño imperial se ganó al público de Madrid. Con 5-4 abajo, Pella tuvo tres bolas de set y se desangró con dos fallos graves con el revés y con un ganador fantástico del español, que llevó el debate a otro tie brak angustioso.

Pero le faltó rematar porque ahí, sin embargo, fue mucho más valiente el sudamericano, nada que objetar. Igualó el combate, eterno de por sí, y llevó el desenlace a una tercera manga sin red. Gritos en la grada, tambores argentinos mezclados con los «España, España» y tensión infinita en la pista Manolo Santana de la Caja Mágica.

De ese mazazo no se levantó Carreño , quien tenía 40-0 con saque para ponerse 2-2 en el tercero y entregó ese saque de manera increíble. No estaba Carreño, incomprensible su bajón, y Pella, al que le empezó a funcionar el saque, maltrató la cabeza del gijonés. Ganó el argentino y España tiene ahora la obligación de sumar los dos puntos que restan en esta eliminatoria. Más que nunca, se necesita a Rafael Nadal para seguir soñando con esta Copa Davis.