Djokovic sobrevive al bombardeo de Raonic

Empeñado en conquistar París para cerrar el círculo, Djokovic coge carrerilla en una notable semana en Roma , muy mejorado y visiblemente sano después de su lesión. El número dos del mundo, que desveló en Montecarlo que tenía dolores en el brazo, se ausentó del Mutua Madrid Open y ha vuelto en Italia con el depósito lleno, orgulloso como siempre para remontar ante Raonic.

Porque el canadiense ofreció batalla desde el primer intercambio, un hueso más allá de la superficie. La tierra no es la mejor para él, pero se mantuvo en pista gracias a ese saque tremendo (17 aces) y a una derecha durísima, recursos suficientes como para amargarle la sobremesa a Djokovic. De palo en palo, fue creciéndose hasta apuntarse el primer set en el tie break, en donde se sobrepuso a un 3-0 inicial. [Narración y estadísticas]

Convencido de sí mismo, Raonic se atrevió con peloteos largos, pero se le escapó una oportunidad magnífica. Djokovic, tenista con mil vidas, aguantó como pudo en un esfuerzo titánico. Rompió al canadiense en el tercer juego, un premio mayúsculo por todo lo que supone un break ante semejante cañón, pero se le fue la renta en el juego posterior y quedó todo pendiente de otro juego decisivo.

Ahí sí que templó Djokovic, muchísimo más centrado cuando se llegó a la zona de máxima tensión y encendido con el resto. Con 4-4, desactivó a un Raonic irregular y rugió como un animal para demostrar que seguía vivo, para demostrar que Djokovic es un competidor genial.

Porque ese set fue decisivo, un golpe irreparable para Raonic. Tan cerca tuvo su primer final de tierra que el tortazo le dejó del todo aturdido, hasta el punto de enredarse con su primer juego al saque para acabar rendido. Su amor propio le dio para estirar el debate al máximo, pero a las tres horas horas terminó una semifinal vibrante.