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Tommy Robredo, un hueso duro para Djokovic
El tenista español, que sigue su ascenso imparable en el ranking ATP, se enfrenta hoy en Miami al número dos del mundo
Emilio v. escudero
Hace tiempo que Tommy Robredo dejó de salir a las pistas cargado de presión. Los meses que pasó alejado del tenis por culpa de una tendinitis crónica en 2012 han hecho que ahora se lo tome todo con más calma. Que disfrute más de cada ... minuto que pasa en la cancha y que el hecho de enfrentarse a las grandes raquetas del circuito -como hará esta tarde ante Djokovic en Miami - sea más un premio que una responsabilidad.
Desde su regreso de los infiernos -llegó a ser 471 del mundo en abril de 2012- Robredo ha ido escalando posiciones en el ranking entre la indiferencia del gran público para el que se había llegado a convertir en poco menos que un extenista.
Pasados los 30, Robredo tuvo que desplazarse por el circuito de challengers como un juvenil para volver a ganar un lugar en los grandes torneos. Jugó en Caltanissetta y Pozoblanco. En Braunschweig y Genova. Punto a punto. Partido a partido hasta ganarse el derecho a codearse con los grandes.
En todo ese tiempo, sólo él y sus entrenadores mantuvieron la confianza y la calma necesarias para reconducir una carrera que había sido exitosa, pero a la que le faltaban grandes imágenes.
El esfuerzo de 2012 le regaló un 2013 cargado de éxitos. Más allá de los títulos logrados en Casablanca y Umag, su punto álgido llegó en Roland Garros. En la arcilla que tantas tardes de alegría ha regalado al tenis español y que en su caso sirvió de confirmación al trabajo realizado.
Los focos del Grand Slam de tierra batida apuntaron hacia él hace menos de un año por culpa de tres remontadas históricas que dejaron entrever esa coraza de superhéroe que parece haberse colocado desde su regreso.
Fueron tres partidos maratonianos ante Sisling, Monfils y Almagro. Pero no sólo eso. Fueron tres partidos que pusieron sobre aviso al resto del circuito. Aunque no pasó de cuartos ni en París ni en el US Open, Robredo ya había conseguido lo más difícil. En Estados Unidos se dio incluso el lujo de eliminar a Roger Federer. «He vuelto y puedo con cualquiera».
Pretemporada con problemas
Tras otro mes de diciembre complicado en el apartado físico, Robredo arrancó el año sin haber hecho pretemporada, pero maravillando en Australia, donde sólo el campeón, Wawrinka, le apartó de la senda del triunfo. Hasta octavos de final había avanzado protagonizando de nuevo varios encuentros dramáticos, levantando dos bolas de partido y dos sets ante Rosol , y culminando sendas remontadas frente a los franceses Gasquet y Benneteau.
Ese espíritu combativo es el que espera hoy a Novak Djokovic, número dos del mundo, al que Robredo se enfrentará en la segunda ronda del Masters 1000 de Miami . La última vez que se vieron las caras fue en 2009. Desde entonces, ha llovido mucho y nada tiene que ver el tenis de uno y otro. El serbio ha dominado el circuito junto a Nadal y el español se ha transformado en una especie de tenista indestructible al que toca derrotar por desgaste. Djokovic está avisado y preparado para un duelo largo que unido a la alta humedad de Miami puede convertirse en una pequeña pesadilla para él. No lo será nunca para Robredo, al que la presión se le olvidó ya hace tiempo. Ahora juega para disfrutar y no puede irle mejor. Es un hueso para cualquiera. Veremos cómo se le da a Djokovic.
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