copa davis | primera ronda
España, al borde del abismo
Feliciano López no consuma su remontada contra Mayer y pierde en el quinto por 7-6 (6), 7-6 (4), 1-6, 5-7 y 6-3. Alemania manda 2-0
España, al borde del abismo
España se asoma al abismo, obligada a una remontada que jamás se ha dado cuando se ha visto en esta situación en la Copa Davis. El viernes se cierra con un 2-0 a favor de Alemania después de que Florian Mayer derrotara a Feliciano ... López por 7-6 (6), 7-6 (4), 1-6 y 5-7 y 6-3, la puntilla a una jornada nefasta que empezó con el paseo de Philip Kohlschreiber ante el debutante Roberto Bautista . España ya no tiene margen de error y lamenta ese desenlace en el punto de Feliciano, tan cerca de la épica que aún duele más. [Así lo hemos contado]
Sin los cuatro mejor posicionados en el ranking, Carlos Moyá le concedió a Feliciano López (26 de la ATP) el número uno de la selección para esta eliminatoria incómoda en Fráncfort, una responsabilidad que el toledano asumió con mucho gusto porque a él lo que le gustan son las grandes citas y superficies rápidas como ésta. Ausente desde la final de 2011 en Sevilla, López volvía a defender al país y saltó a la pista con la responsabilidad de dar aliento al equipo, expuesto a una imprevisible batalla contra Florian Mayer.
Resultó ser un encuentro volcánico, partido cien por cien de Copa Davis con puños cerrados y gritos desde los banquillos. Se sucedían los golpes y había calor en la grada, por fin encendida porque hasta el momento parecía una pista neutral. «Torero, torero», jaleaba la afición española, encargada de despertar a Feliciano cuando peor lo tuvo en el cuarto y en el décimo juego. Se salvó del break y llegó con vida al tie break.
Para el espectador, fue un partido entretenidísimo. Feliciano López buscaba la rapidez con sus saques y las permanentes subidas a la red y Mayer, tenista con mil salidas, impredecible porque hace muchas cosas bien, proponía diálogo desde el fondo y regaló una lección magistral de globos y de alternativas. Se correspondían con los aplausos, reconociendo el mérito del enemigo, notable espectáculo que justificó la velada.
Mayer se impuso en el primer desempate y repitió estrategia en el segundo parcial, también resuelto en la muerte súbita. Mayer atormentó a Feliciano, que sólo tuvo una bola de break en el undécimo juego de ese segundo set y la perdió, como también el tie break. El zurdo se desesperaba porque la montaña cada vez era más alta, cada vez más difícil.
Ladeaba la cabeza, maldiciendo su suerte porque estuvo tan cerca y a la vez tan lejos durante toda la cita. Forzó la situación al máximo, congeniaba en las charlas con su amigo Moyá y tuvo sus opciones en esa segunda manga, pero se le olvidó cerrar la puerta y por ahí se coló Mayer, genial para pasarle con ese revés tan duro. Por cuestión de detalles, estaba 2-0 abajo y obligado a una gesta para animar el fin de semana de España.
Se convenció a sí mismo y siguió con la pelea, concienciado de que era su tarde grande. Se corrigió pronto y en el tercer set atropelló a un Mayer visiblemente molesto, menos ágil y limitado en sus movimientos. Feliciano celebraba sus puntos, contagiaba al banquillo y les hizo entender que habría hazaña en Fráncfort. El 6-1 del tercer set invitaba al optimismo.
Se recuperó la tónica del inicio, de nuevo todo muy disputado y sin espacio para las dudas. Mayer parecía oxigenado y López seguía a lo suyo, fiel a su libreto innegociable. Sufría el español con una situación crítica, pero volvió a salvarse por los pelos con dos pelotas de partido en contra cuando sacaba con 4-5. Se escapó con un saque primero y con una volea fallada de Mayer después, crédito para seguir sufriendo.
Coqueteó con el precipicio y sin embargo llevó el partido al quinto set. Rompió de inmediato a un Mayer cojo y desfondado y las crónicas ya hablaban de épica y gesta mayúscula, pero se pegó un tiro en el pie cuando le quedaba rematar. Nada más empezar el quinto set, regaló su servicio con dos dobles faltas imperdonables, error de bulto para confirmar su derrota más amarga. Y eso que volvió a salvar dos «match points», aunque a la postre sólo sirvió para alargar su agonía.
España queda ahora pendiente de un milagro. El sábado, David Marrero y Fernando Verdasco se miden a Daniel Brands y Tommy Haas para mantenerse con vida hasta el domingo. No está todo perdido, pero la estadística recuerda que jamás ha levantado un 2-0 en contra después del primer día.
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