Nadal se crece ante Gulbis

La tarde salió rara, retrasada la jornada porque le dio por llover en Qatar. Incluso el partido entre Nadal y Gulbis se tuvo que interrumpir en el segundo juego porque la pista estaba mojada, un peligro y más en esta superficie. Cuando se retomó el pulso, el letón neutralizó el break inicial y lo dejó todo como al principio, un mensaje que entendió a la perfección el español. No sería nada fácil.

Gulbis tiene la virtud de llevar a Nadal siempre al límite , un jugador sin complejos que convierte el partido en un cara o cruz como en el último precedente de Roma . Tan pronto firma un golpe memorable como de inmediato comete el error más simple, pendiente de su estado anímico y del acierto de sus martillazos. Con esa derecha atípica , extrañísimo el movimiento, se empleó a fondo en un primer set de altísimo nivel.

Se lo llevó Nadal y lo festejó con rabia, consciente de que era medio billete para las semifinales. Había sido capaz de aguantar el bombardeo y tuvo recursos para frenar el permanente ataque del niño rico del tenis. Gulbis, de quien siempre quedará la duda de hasta dónde hubiera llegado si se centrase sólo en el tenis , es puro talento y firmó puntazos tremendos, pero chocó contra una roca. Nadal le rompió en el undécimo juego y luego, a la cuarta oportunidad, cerró la primera manga.

Como Gulbis es imprevisible y vive de su autoestima, se pensó en un camino mucho más sencillo hacia el triunfo para Nadal. Pero el letón también tiene orgullo y reaccionó para escaparse hasta un inquietante 3-0 , enérgico en los intercambios, claro dominador de esa fase de dudas en la que se perdió Nadal.

Era, sin embargo, un sólo break de desventaja y lo recuperó Nadal en el quinto juego, encomiable ejercicio de paciencia y fe para revertir la situación. Levantó un set que tenía casi perdido y esa remontada sí que acabó hundiendo definitivamente a Gulbis, que no se podía creer según que golpes de su rival. Del 0-3 al 5-3.

Ya estaba hecho el trabajo y sólo quedaba rematar. A Nadal le sabe a gloria el triunfo por la calidad del oponente y porque lo hizo casi todo muy bien, perfecta la actitud y su capacidad para sufrir. En eso no hay nadie como él y ya está en semifinales de un torneo que se ha quedado huérfano de cabezas de serie.