Lección de orgullo de Djokovic

Djokovic necesita ganar el torneo , la Copa de Maestros con pleno de victorias y alzar la Copa Davis con triunfos en sus individuales. Y esperar a lo que haga Rafa Nadal, que lo tiene todo de cara. Sin embargo, el coraje del balcánico es admirable y encadena 16 victorias consecutivas dese que perdió la final del US Open contra el español.

En París-Bercy, en una semifinal apasionante , Djokovic se ha impuesto desde la adversidad, exigido a una dosis extra de amor propio para desconectar al genio suizo. Hay brotes verdes en Federer, que siempre se crece a final de temporada y al que le sienta de maravilla una pista tan rápida y jugar bajo techo.

El suizo, actualmente seis del mundo, lejísimos de los dos primeros y condenado a premios menores (sólo lleva un título en 2013, Halle), siempre tendrá golpes de genio , un portento de la naturaleza al que da gusto ver. Contra Djokovic empezó muy bien y le rompió el saque en el tercer juego para adquirir una renta definitiva. Además, salvó los cuatro puntos de break en contra y dio una exhibición de táctica y estrategia.

Djokovic, que llevaba quince victorias consecutivas (títulos en Pekín y Shanghái, además de tres triunfos en Francia), no encontraba soluciones con su saque (dos dobles faltas seguidas en el tercer juego) e iba siempre a remolque en el peloteo. No subía con criterio a la red y comprobó, en primer persona, el despertar de un Federer notable. Altísimo nivel en un primer set que duró 46 minutos.

Y creció en intensidad en el segundo, un regalo para el espectador de un torneo que ha resultado ser genial. Federer parecía intratable al romper nada más empezar la manga, pero desde el orgullo emergió la figura de un campeón como Djokovic , alma competitiva a la que jamás se puede dar por muerta. El número dos, encendido, se propuso luchar hasta el final y llevó la pelea al tercer set, en donde fue muy superior.

Por entonces ya quedaba poco de Federer, justito de gasolina y con menos recursos que al principio. Le costó también porque Djokovic estaba desatado, volcánico en cada golpe, con la mente puesta en otra final. Él, que este año lleva cinco títulos, que quiere demostrar lo que vale, arrinconó a Federer y se impuso finalmente por 4-6, 6-3 y 6-2 en dos horas de partido. Su rival saldrá del duelo entre David Ferrer y Rafael Nadal.