Se retira Sandra Sánchez, la karateca del palmarés infinito

«Eran las lágrimas más bonitas que podía sentir. He vivido una etapa tan intensa que me emociona sentir que he logrado todo lo que había soñado», reconocía la talaverana poco después. Palabras que resumen una carrera de leyenda, que le ha llevado a dominar el kárate mundial desde hace años. Tantos, que cuesta recordar la última vez que Sánchez no se subió al podio en una prueba. No pierde una competición desde 2019 y no se baja del cajón desde 2015. El oro conquistado el viernes en Birmingham (Estados Unidos), en los Juegos Mundiales, era su medalla consecutiva número 60. Por el camino, metales de todos los colores y en todas las competiciones, aunque uno por encima de todos. El oro conseguido hace un año en Tokio, en los primeros Juegos Olímpicos en los que el kárate tomó parte como deporte oficial. La salida del programa en París 2024 convierte a Sandra en la primera y última campeona olímpica de la historia. Honor que ocupa un lugar principal en su corazón.

Desde que descubrió el kárate cuando era solo una niña, Sánchez no ha dejado de subirse al tatami cada semana. Un amor que ha perdurado a lo largo de los años y que se ha convertido en el epicentro de su vida. Junto a su marido y entrenador, Jesús del Moral, ha construido una carrera magnífica con dos Mundiales, siete Europeos y el mencionado oro olímpico, entre otros títulos.

El último, el conquistado en los Juegos Mundiales disputados en Birminghan, donde superó a la japonesa Hikaru Ono en la final. Lo hizo, como en Tokio 2020, con su kata predilecto (Chatanyara Kushanku). Ha sido una semana muy intensa para ella a medida que se iba acercando el último día de competición. Una mezcla de sentimientos que han hecho que su sonrisa eterna se entremezclara más que nunca con las lágrimas. Sabía que se acercaba el final, que no por meditado dejaba de tener un punto de tristeza para ella.

Los agradecimientos tras su retirada le llegaron a Sánchez desde todos los puntos del deporte español. El Consejo Superior de Deportes, el Comité Olímpico Español y decenas de deportistas y excompañeros de la residencia Blume le expresaron su gratitud por todos estos años de alegrías.

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Convertida en leyenda del deporte español, la karateca volverá a España después de impartir una clase magistral en Estados Unidos y se tomará unos días de descanso antes de comenzar a dibujar un futuro en el que el kárate seguirá siendo su epicentro vital.

Junto a su marido, el seleccionador Del Moral, espera convertir su gimnasio en un lugar de ayuda para karatecas de todo el mundo que quieran aprender su método. Una forma de devolver a este deporte todo lo que le ha dado en estas cuatro décadas de alegrías y de seguir vinculada al tatami.