El segundo palo
Un traje para Güler
El imán del Real Madrid no es el dinero sino la leyenda. Dejad que los niños se acerquen en paz al mejor club deportivo de la historia
Periodismo fallero
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Iniciar sesiónEs el poder del Real Madrid. Aún no se ha puesto la camiseta, pero Arda Güler, que hasta hace dos días era un absoluto desconocido, se ha convertido de repente en el nuevo Pelé gracias al influjo merengue. Y, antes de que este jueves se ... anunciara su llegada al Bernabéu, el antimadridismo ya le había encargado un traje en la misma sastrería de la mediocridad en la que, antes que a él, le hicieron otros a medida a Vinicius, Rodrygo o, yéndonos un poco más lejos, al propio Odegaard: «No va a jugar», «fracasará», «no tiene sitio», «se irá cedido»... ¿Tan difícil es entender que si a un crío le llegan dos ofertas de la NFL, una de los Jacksonville Jaguars y otra de los New England Patriots, siempre se inclinará por la segunda? ¿Qué problema tienen los tristes de España con que un chaval cumpla su sueño? ¿A quién perturba la felicidad de un niño?
Yo no sé si Güler será o no otro Özil o si vendrá al Madrid a calentar banquillo, lo que sí sé es que media Europa pretendía a este jugador y, al final, se ha inclinado por el catorce veces campeón de Europa. Tampoco sé, por cierto, quién negoció por él ni cuándo lo hizo. El Real suele ser bastante discreto con sus cosas, es el toque Florentino. Si entras a la casa de un futbolista de 18 años como lo haría un elefante borracho en una cacharrería y lo haces además descolgándote por el tejado al más puro estilo de los SWAT, lo más probable es que la familia salga huyendo despavorida. Si lo que en el fondo molesta al Antimadridistas Fútbol Club es que Güler haya elegido al Madrid antes que al Barça, tranquilos porque no hay debate del mismo modo que no lo habría tampoco si yo como productor me inclinara por Tom Cruise para protagonizar la próxima entrega de 'Misión Imposible' descartando la candidatura de Willy Toledo.
Lo de Güler vuelve a llevar la marca del zorro Calafat, huele a él. Y es que, entre tanto club Estado, tanto millonetis ruso, tanta Arabia y tanto Qatar, al Madrid, el último valladar entre el fútbol tradicional y el nuevo fútbol, que no me gusta nada, no le queda en realidad otra opción que apostarlo todo al 10, impar y falta. El imán del Real no es el dinero sino la leyenda. Dejad que los niños se acerquen en paz al mejor club deportivo de la historia, esperad un poco para cortarle ese traje de mentiras.
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