Fútbol
Los defensas harán de segundo 'nueve'
Liga Santander - Jornada 1
Los goles de Lucas Vázquez y Alaba dan la victoria al Real Madrid en Almería
Alaba, que marcó de falta, dio la vuelta al marcador ante el Almería
La importancia de Vinicius crece tras el verano y en el Madrid se vislumbran nuevas posibilidades: la de un fútbol más compacto y las que ha de permitir la mayor riqueza de la plantilla. Una cosa se vio en la primera parte, la otra en ... la segunda.
Un Madrid con la rotación asumida se enfrentaba a otro 5-3-2, el del Almería, bendecido con la dicha del gol temprano. Un pase de Eguaras al desmarque de Ramazani, cuyo tiro no provocó esta vez el milagro de Courtois. Según el partido se mire de un lado o de otro, el buen pase del centrocampista se convierte en 'balón a la espalda' del defensa, como quitándole mérito. Ciertamente, fue un balón largo que contó con el ligero encantamiento de Rudiger. Era un mal comienzo para el central, que fue mejorando y promete destellos psicodélicos que podrían acabar en plebiscitos en el Bernabéu.
A partir del gol, el partido se dispuso como un buen ejercicio para el Madrid, que habrá de jugarlo todas las semanas: un rival blindado y sin concesiones, la situación que despierta más dudas para el Madrid, que encuentra siempre el hueco y la manera en los grandes campos, pero que puede sufrir ante equipos-latas de conserva.
Se vio cómo tiene por polos dos movimientos similares: Benzema se mueve hacia el interior, levemente a la izquierda, y de modo parecido Kroos se inserta en el lateral izquierdo, y son los dos como la pequeña contracción de un acordeón, el primer sonido.
Delanteros muy rápidos
El Madrid respondió con varias llegadas y abortó cualquier peligro de los rapidísimos Sadiq y Ramazani. Tiros de Valverde, remates de Benzema… El Madrid echaba de menos más sutileza en los laterales, al subir sus alas era inevitable advertir cierta tosquedad en Mendy y Lucas. Valverde, de acuerdo a su motor, va cogiendo temperatura con los minutos, así que el Madrid consistía en algunas conducciones con frescura de Camavinga, haciendo como podía de Modric por el interior, y, sobre todo, en Vinicius.
Tchouameni pudo parecer tímido con la pelota, tuvo un par de pérdidas y un fútbol sordo que tardará en verse, pero robaba o interceptaba un balón cada cinco minutos.
El Madrid estaba interesado en la presión, estaba coordinado, homogéneo, abierto, y su ataque empezó a buscar a Vinicius, primero con la introducción de Mendy, algo defectuosa, como un enchufe con el que no terminaba de conectar; después ya por la pura naturaleza de las cosas. Vinicius se impone como una ley física y ya no es extremo ni segunda punta, tiene la importancia axial del 10. Es como un 10 que se va al extremo y marca como un 7. Pero su importancia es medular, y se echó de menos que pudiera combinar con otro jugador que le 'leyera' mejor, que le intuyera, que fuera capaz de proyectarlo.
Vinicius, frenado por Fernando, portero del Almería
Tuvo una buena ocasión en el 37, a pase de Benzema, y su insistencia se fue desgranando en saques de esquina, muchos, abundantes, escandalosos hasta el descanso. Rudiger estuvo a punto de marcar en uno, y muy poco después, en el 43, el Madrid lo tuvo aun más claro en otro fruto del árbol inagotable de Vinicius, que atrajo a media defensa local y, por fin, encontró diálogo fecundo en Kroos, cuyo pase fue rematado por Lucas en su disfraz de llegador inesperado. La autoestima de este jugador es asombrosa. Suyos fueron el primer y último tiro en la primera parte. No fue gol por un fuera de juego infinitesimal y, firme el 1-0 en el 'luminoso', se hacía más difícil sostener en el descanso que había sido un buen Madrid, mejor incluso que el del año pasado pues su asedio estaba bien sostenido por una defensa altísima. Sin fracturas. Algo compacto, sólido, ensamblado.
Algo de ese ser enterizo se perdería con la entrada de Modric por Camavinga. El Almería, que había estado sujeto, se le soltaba al Madrid al volver del descanso y el partido se abría más, de espacios y de opciones. Ancelotti se deslizaba por la curva riesgo-rentabilidad con Hazard por Tchouameni. El proyecto del nuevo Madrid se retiraba para dar a la entrada a la ceja mágica y un ataque más libre y creativo que, sin embargo, tenía el mismo argumento: Vinicius. Él fabricó el empate en otra vertical habilidosa; Benzema fue apoyo y Lucas decidió con otra llegada. Incalculable su aportación como lateral que cumple atrás y desatasca arriba. ¿Le computará el gol a Vinicius? No, pero le pertenece.
El movimiento de Ancelotti, justo a tiempo, era igual y distinto al del curso pasado: alocar el partido, pero esta vez con los veteranos. La plantilla le permitirá rotar y alargar los partidos con dos fases, dos ambientes. Todos serán ‘longuísimos’ para el rival, como lo fue para el Almería, que no recibió más goles por la feliz noche de Fernando.
Ancelotti tenía en el campo toda la clase de las viejas estrellas. Buscó en el banquillo y a falta del 9 alternativo le quedaba Alaba. Le dio entrada y el primer balón lo clavó de falta con su zurda. El balón parado será el segundo 'nueve' (hecho de defensas), otra fuerza colectiva del Madrid.
Estaba abierto el partido, y le quedaban ilusiones tácticas a Rubi, así que la entrada final de Casemiro fue como la del capataz que llega a echar el candado.
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