La traición a Florentino: «Es una sensación de pena y rabia»

A la dimisión en bloque de los seis equipos ingleses durante la madrugada del martes al miércoles, se le unió en el día de ayer la renuncia a formar parte del proyecto de otros cuatro equipos: Juventus, Inter, Milán y Atlético. El club colchonero, que no dijo esta boca es mía desde el anuncio del nacimiento de la Superliga, comunicado a última hora del pasado domingo, se pronunció ayer por primera vez para retractarse de su postura inicial: «El Consejo de Administración del Atlético de Madrid , reunido este miércoles por la mañana, ha decidido comunicar formalmente a la Superliga y al resto de clubes fundadores su decisión de no formalizar finalmente su adhesión al proyecto. El Atlético tomó la decisión el pasado lunes de sumarse a este proyecto atendiendo a unas circunstancias que a día de hoy ya no se dan Para el club es esencial la concordia entre todos los colectivos que integran la familia rojiblanca, especialmente nuestros aficionados», detalló el club rojiblanco en su misiva.

Minutos después, el capitán Koke secundó este mensaje con un tuit en el que daba voz al vestuario: «Desde la plantilla os queremos transmitir nuestra satisfacción sobre la decisión final de renuncia al proyecto de la Superliga tomada por nuestro club. Seguiremos luchando para ayudar desde nuestra posición a que el Atleti crezca a través de los valores del esfuerzo y el mérito deportivo que nos han caracterizado siempre, para que todos vosotros continuéis viéndoos reflejados en esas señas de identidad».

Tras el Atlético, llegó el carrusel de renuncias de los tres clubes italianos. Milán e Inter justificaron su repentino adiós por no darse las condiciones pertinentes para ejecutar el nuevo formato de torneo, contrario al sentir de los aficionados. En el caso de la Juventus, su argumento fue de reproche a sus ya exsocios: «Estamos al tanto de las solicitudes y las intenciones expresadas por algunos clubes de retirarse de este proyecto, a pesar de no haberse completado los trámites previstos por el acuerdo entre ellos. En este contexto, mientras que la Juve sigue convencida sobre la solidez del formato deportivo, comercial y legal , cree que hay pocas posibilidades de que se complete en la forma concebida originalmente», explicó la entidad turinesa.

Consumada, de este modo, la sepultura de la Superliga, en el Madrid ayer no dejaban de hacerse reflexiones sobre el inesperado giro de guión. Había posturas para todos los gustos, pero el sentir general era claro: «Tenemos una mezcla de pena y rabia. Pena porque el problema de fondo sigue vivo, que no es otro que la crisis de los grandes clubes españoles, secuestrados por su Liga y la UEFA . Y rabia porque se ha perdido una gran oportunidad para presionar a los máximos organismos para que cedieran, al menos en parte, lo que de derecho nos pertenece a los clubes», detallaban fuentes del Real Madrid a este periódico.

La entidad merengue está asombrada por las decisiones tan extremas y la falta de coherencia de los solventes ejecutivos y empresarios al mando de los clubes de la Superliga. No entienden cómo dan el visto bueno a un proyecto tan novedoso e ilusionante, y solo 48 horas después se borran. Bajo el prisma blanco, son ellos los que han quedado retratados y han mostrado un modo de proceder «a la altura del betún de Boris Johnson ».

El primer ministro británico es uno de los personajes que más daño consideran que ha hecho en estos últimos tres días. Johnson se encargó durante dos años de llevar a cabo la salida del Reino Unido de la Unión Europea y, en cambio, él provocó el pánico entre los seis clubes ingleses adheridos a la Superliga al amenazarles con gravísimas consecuencias -como convertir en una odisea la burocracia para los permisos de residencia de los futbolistas extranjeros- si no daban marcha atrás y volvían a estar bajo la tutela del fútbol europeo.

Además, en el Madrid han quedado perplejos con lo que ellos consideran un gigantesco ejercicio de demagogia respecto a la Superliga. Creen que se ha tergiversado el proyecto por parte de la mayoría de los medios de comunicación, vendiendo el formato como un torneo de ricos que hundía a los pobres, a la vez que recuerdan que estos mismos medios llevan años hablando de la UEFA como una organización corrupta: «Sí, hablamos de ese organismo que se le llena la boca diciendo que el fútbol es de las aficiones, pero en cada final de Champions solo se le reparte un 30% de total del aforo a los dos clubes finalistas. Populismo barato».

También consideran una postura hipócrita la de muchos clubes de Primera división. Ayer mismo, en una entrevista radiofónica, el presidente del Cádiz fue cuestionado sobre si esta temporada iba a sufrir pérdidas en la caja, y Manuel Vizcaíno confesó que no solo no tendría números rojos sino que sus cálculos eran alrededor de seis millones de euros de beneficio: «Lo dice un club que el domingo, en el ránking de audiencias de las televisiones de pago, su partido contra el Celta tuvo menos seguidores que, por ejemplo, las películas ‘Los Pitufos: la aldea escondida’ y ‘Asesinato en el Larzac’», desvela un Real Madrid decepcionado, pero orgulloso del presidente al que han dejado solo.