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Real Madrid

La elegancia de Toni Kroos

Sublime partido del alemán ante la Roma, desatado en ataque y defensa

Rubén Cañizares

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De este Real Madrid tricampeón de Europa se ha escrito y hablado de todo. O casi. Repasemos. La supuesta flor de Zidane, la insaciable capacidad goleadora de Cristiano, los oportunos golazos de Bale, las jugadas del museo de Benzema, el talento de Modric, la magia de Isco, las cabalgadas y el trabajo defensivo de Asensio y Lucas Vázquez, el ancla de Casemiro, la zozobra de Marcelo y Carvajal por ambas bandas, la jerarquía de Ramos y Varane y las decisivas intervenciones de Keylor Navas . ¿No echan de menos a alguien? Sí. Han acertado. Falta el Federer del fútbol. Falta Toni Kroos.

Excepcional el encuentro de anoche del futbolista alemán, seguramente el interior con más elegancia de la década, con permiso de Iniesta. A ambos también le empareja el silencioso modo de ejercer su profesión. No buscan portadas, no hacen aspavientos a los compañeros, no protestan a los colegiados, solo se dedican a jugar al fútbol, a dignificar su oficio explotando del modo más estético y profesional el don que le concedió la vida. Si la prensa no detalla en ellos, sonríen. Si las radios no le dedican ni treinta segundos de sus tertulias, sonríen. Si la televisión no hace piezas con su juego, sonríen. Son inmensamente felices. Y cuando un ser humano se levanta deseando ir a trabajar, normalmente le va a ir muy bien la vida.

Asistencia de lujo

Solo habían pasado 180 segundos, cuando Kroos robó recibió un balón en el círculo central. Facilitado por la presión invisible de los italianos, el teutón levantó la cabeza y oteó la posición y el movimiento de Bale. Desmarque de ruptura, de fuera adentro, entre los centrales de la Roma. Su velocidad limpia en dos zancadas las sombras de Fazio y Manolas. La caricia de Kroos al balón, con el interior de su pie derecho, coloca el esférico en el lugar exacto para que Gareth reciba el balón y fusile a Olsen. El balón salió fuera, cuestión de milímetros. Hay ocasiones en las que hasta queda bonito no marcar gol. La perfección no la entiende todo el mundo.

La escandalosa asistencia de Kroos avisó al Bernabéu de lo que estaba por venir. Un clínic de cambios de juego, juego asociativo, pases al espacio, disparos lejanos, recuperaciones, pausas y presión alta a la salida de balón de la Roma. Lo hizo todo y todo lo hizo bien. Terminado el partido, se duchó, se montó en su turismo y se fue a casa a dormir. Y nunca dejó de sonreír.

Estreno de oro de Mariano

El baño del Madrid a la Roma solo dejó un mínimo punto preocupante. Si en San Mamés Unai Simón evitó la victoria de los de Lopetegui, anoche Olsen privó al campeón de Europa de una goleada histórica en la Champions . Más de veinte disparos y solos dos goles, escasa renta para el elevado número de ocasiones de los blancos. No siempre va a tener enfrente en Real Madrid un guardameta que saque su mejor repertorio ante las acometidas merengues, pero el análisis debe mirar a abril y mayo. Ahí, en la primavera, cuando se ganan y se pierden, los títulos, el porcentaje de acierto marca la diferencia.

Isco, Asensio, Bale, fueron varios los disparos desde dentro del área libre de oposición en los que los más nostálgicos se acordaron de Cristiano Ronaldo . De ahí la ovación a Mariano, que disfrutó ayer de sus primeros quince minutos en su regreso al Madrid. Con el siete a la espalda, solo necesitó ese cuarto de hora para justificar el número. Golazo a la escuadra en un golpeo muy de Ronaldo. Sí, también hay delantero. Y de los buenos.

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