Rahm salva un primer día duro, aunque a ocho golpes de la cabeza

De ello se aprovecharon los favoritos del turno de la mañana para sacar los mejores resultados, especialmente Xander Schauffele (-9), Rory McIlroy (-5) y Brooks Koepka (4), aunque estas cifras no deben llamar a engaño, pues Valhalla no se presentó como una perita en dulce, ni mucho menos. Las hierbas altas estaban más duras que de costumbre y las posiciones de bandera tampoco permitían grandes alegrías en las estrategias.

A lo largo de las horas el campo de Jack Nicklaus se fue endureciendo, lo que le vino bien a Collin Morikawa (-5) y Scottie Scheffler (-4) para despejar el camino de rivales, pero muy mal a Jon Rahm, especialmente en los primeros agujeros. Al paso por el seis ya iba cuatro arriba (era el décimo por la cola) y sus bolas nunca acababan en el lugar deseado. Visitó todos los laterales de las calles y no fue hasta el 7, el primer par 5 que se encontraba, cuando pudo respirar un poco. Ahí recuperó un punto, lo mismo que en el siguiente hoyo largo del 10.

Parecía que ya estaban todos los problemas solucionados para el de Barrica cuando un hierro desviado en el par 3 que seguía le hizo pinchar de nuevo (+3) y volver a una posición de lo más incómoda. El corte se situaba provisionalmente en el par y no es buena cosa tener que atacar un viernes en un 'major' desde el principio. Y fue entonces cuando sacó todo su carácter de ganador para acabar su vuelta con cuatro 'birdies' en las siguientes siete banderas, que le llevaron a acabar con un esperanzador (-1). Algo al alcance de muy pocos.

También aprovechó el día húmedo y caluroso Adrián Otaegui para sacar lo mejor de sí mismo en su camino de firmar una meritoria vuelta de uno bajo par (70). Aunque comenzó con dos 'bogeys' no se puso nervioso y los recuperó en el 12 y el 18 (empezó por el 10). En la segunda vuelta se repitió la historia del fallo tempranero (en el 2) y luego recuperaciones mágicas en el 7 y 8 que le llevaron a terminar en números rojos. Sensacional el guipuzcoano.

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Aun con una tarjeta sobre par (+1) debe sentirse muy orgulloso David Puig. El barcelonés peleó de lo lindo en su primera actuación en un PGA Championship. En los diez primeros hoyos demostró que tiene juego de sobra para recortar golpes en las peores condiciones (cuatro 'birdies'), pero también la inexperiencia de sus 22 años que le hizo tropezar otras tantas veces. Todo iba bien y nadie contaba con con un doble fallo en el 15 al enredarse en el 'bunker' que protegía el tapete por la derecha, lo que le llevó a 'tripatear' y a emborronar su cartulina. Afortunadamente, reaccionó en el último para acabar a sólo un tanto de jugar el fin de semana si se mantiene el fielato en el par.

Entre los grandes favoritos al triunfo no aparecía Xander Schauffele. Y eso que llegaba a Kentucky como número tres del mundo. Pero el hecho de que el campeón olímpico en Tokio no atesore todavía un grande en su haber hace que se le quiten méritos a sus resultados en este tipo de torneos. Tenía igualado el registro de vuelta más baja en este tipo de campeonatos de prestigio (62 golpes) en tres ocasiones y hoy volvió a hacerlo una vez más, con el añadido que es además el récord absoluto en el PGA Championship.

Lógicamente, el californiano se colocó como primer líder (-9) pero no quiso lanzar las campanas al vuelo. Ya ha sido subcampeón de 'major' en dos ocasiones ('British' 18 y Masters 19) y sabe lo que cuesta subir ese último peldaño. «Perder un grande me da más fuerzas para seguir intentando ganaro; es un objetivo que tengo entre ceja, pero soy consciente de que estamos aún a jueves y de que esto no ha hecho más que empezar», comentó al final, orgulloso por su vuelta exenta de fallos. Sí que tuvo alguno el exnúmero 1 mundial Tiger Woods (+1), que le acompañó en su partido y que tuvo que pelear mucho para tener opciones de pasar el corte al verse abandonado por su juego corto.