Sampaoli agita todas las ramas

Pero más allá de potenciar las individualidades, algo que Sampaoli está consiguiendo con un buen un puñado de jugadores, la irrupción del técnico santafesino en Nervión se ha caracterizado también por su capacidad de meter en vereda a la práctica totalidad del vestuario, repartiendo su cuota protagonismo a cada futbolista y haciendo a todo el grupo cómplice de su idea. Esa homogeneidad, esa unión, se está trasladando al césped, donde se manifiesta un equipo más sólido.

En sólo dos partidos, Sampaoli ha utilizado a 21 de los 23 futbolistas que tiene disponibles en estos momentos en la primera plantilla. Se trata de una cifra llamativa, muy por encima de una rotación al uso y arriesgada para un equipo como el Sevilla FC al que se le han echado encima las urgencias, con mucho en juego en LaLiga y en la competición europea. En su primer partido contra el Athletic Club (1-1), Sampaoli eligió una alineación titular conformada por Dmitrovic; Montiel, Nianzou, Marcao, Alex Telles; Gudelj, Jordán; Papu Gómez, Óliver Torres, Isco; y Dolberg. Ya en la segunda parte, realizó cinco cambios, utilizando también a José Ángel Carmona, Acuña, Delaney, Lamela y En-Nesyri. El martes, en la cita de Champions contra el Borussia Dortmund (1-1), el de Casilda sorprendió variando en hasta en ocho cromos su formación inicial: Bono; José Ángel Carmona, Nianzou, Marcao; Jesús Navas, Gudelj, Rakitic, Acuña; Suso, Lamela y En-Nesyri. Durante el choque, tuvieron minutos además Januzaj, Isco, Alex Telles, Jordán y Montiel. Sólo se quedaron sin jugar ante el Athletic y el Dortmund el delantero Rafa Mir y Kike Salas, además de los lesionados Tecatito, Rekik y Fernando.

Y hay un aspecto a tener en cuenta: sólo repitieron tres hombres en la alineación titular en los dos partidos, Marcao, Nianzou y Gudelj. Tres futbolistas de perfil defensivo. Y es que Sampaoli, lejos de los clichés que se le adjudican, ha impulsado una reconstrucción desde la defensa y el orden táctico. Implanta una idea con roles específicos muy definidos en cada línea, ensanchando el campo con carrileros y apostando por un fútbol poco especulativo y vertical que tiende a acumular efectivos en las llegadas. En la fase sin balón, ocurre algo parecido, y es precisamente lo que está haciendo más fuerte al equipo. Las coberturas son más amplias. Aumentan la contundencia, la presión y la solidaridad desde un mayor rigor posicional. El técnico ha cortado la sangría de goles en contra de forma drástica. Un Sampaoli 'europeizado' claramente tras su exitosa experiencia en Marsella y que nada tiene que ver con el técnico de planteamientos anárquicos y ultraofensivos de su primera etapa en Nervión.

Otra de las claves, sin duda, es el exhaustivo conocimiento del plantel que el entrenador y su cuerpo técnico han demostrado tener nada más aterrizar, como si llevaran semanas en el club. Este escenario de trabajo adelantado no es casual. Los ayudantes y analistas de Sampaoli, así como el propio preparador de Casilda, llevaban un mes visualizando partidos del Sevilla y estudiando pormenorizadamente a los jugadores antes de rubricar su vinculación, desde el momento en que se activó la posibilidad de un cambio en el banquillo sevillista en la primera semana de septiembre.

El plan de Sampaoli va tomando cuerpo en el Sevilla. El propio entrenador mostró su satisfacción tras el último choque en Dortmund: «El equipo jugó un buen partido, se plantó y podría haber ganado con las situaciones que generó. No sufrió prácticamente en arco propio ante un rival de esa jerarquía y me pareció un paso adelante».