El mal de Moctezuma

Empezó a rodar el balón y al poco tiempo todo se entendió mejor: los gritos pidiendo la dimisión de Castro y la directiva fueron una constante durante todo el encuentro. No era plan, debieron pensar, de soliviantar a la afición desde el principio, si ya iban a tener ocasión de hacerlo durante todo el partido.

Pero la afición del Sevilla es de todo menos dócil. Pidió la dimisión de la directiva, y también la de Luis Rubiales en el minuto 10, y también pitó, y cómo, a Gil Manzano. Como ya nos conocemos, estaba más que cantado que el colegiado acabaría por ganarse a pulso los pitidos.

De hecho, en el segundo gol anulado a Rakitic, un extraño gol semi olímpico, pareció como si el espíritu de Luis Rubiales se apoderara del campo; proveniente de las tinieblas de la suspensión provisional de la Federación, como en una posesión infernal, su alma penetró en Gil Manzano y al segundo en los responsables del VAR. He visto pocos fuera de juegos más rigurosos y dudosos que el que provocó la anulación de ese gol.

En todo caso, podemos discutir sobre el arbitraje todo lo que queramos, pero el partido lo perdió con toda propiedad el Sevilla. Con un juego previsible y mediocre que nos convierte en el equipo más goleado de LaLiga.

En el segundo gol del Girona en el minuto 55, una imagen poderosa me aplastó: el movimiento del equipo catalán en nuestro medio campo fue como el de un cuchillo gigante untando una tostada de manteca. Un cuchillo deslizándose de forma despreocupada por el área, como si nuestros jugadores fueran de pega, como si el campo estuviera vacío. De estas hubo varias, que podrían haber agrandado aún más la diferencia.

La propuesta ofensiva del Sevilla suena a disco rayadisimo. Esta es la táctica: Navas se desmarca por banda derecha y cuelga el balón buscando el cabezazo de En-Nesyri. Si lees esta frase, puede decirse que, con mínimas variaciones, ya conoces todo lo que el Sevilla es capaz de hacer en ataque.

En la película Lost in translation, Bill Murray y Scarlett Johansson se encontraban en un hotel de Tokio, y pasaban las noches juntos. La película iba sobre el jetlag y sus efectos. Estaban perdidos con las traducciones en un idioma incomprensible.

Este Sevilla que da las boqueadas al mes de agosto también parece perdido, pero en transfermarkt. No ha soltado el jetlag desde que volvió de su gira por EE.UU. y México, y debió de ser en México donde agarró, sin haberlo soltado, el Mal de Moctezuma. Es una patología habitual entre los turistas que visitan el país mexicano, caracterizado por los padecimientos diarreicos. Desde que el equipo volvió de su gira, la diarrea no se ha detenido.

La semana que viene, el Atlético de Madrid. Cero puntos de 9 que pueden ser cero puntos de 12. Por favor, que alguien llame a un médico.