Europa League
Fenerbahçe - Sevilla: El dulce augurio (1-0)
Los de Sampaoli, con un planteamiento arriesgado y conservador, hacen valer su renta de la ida y se meten entre los ocho aspirantes al título de la Europa League, su torneo fetiche
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Iniciar sesiónSalió a defender la renta, jugó feo, Dmitrovic volvió a ser agredido por la hinchada rival, como en Eindhoven, y perdió 1-0 ... pero el Sevilla FC está en los cuartos de final de la Europa League. Y eso es mucho ... más que un estímulo para este club, dominador incontestable en su particular jardín continental y pese a las penurias en LaLiga. El solitario tanto de penalti de Enner Valencia no fue suficiente para apartar al hexacampeón, que hizo valer su 2-0 de la ida ante el Fenerbahçe en el Sukru Saracoglu de Estambul.
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No está el horno liguero de los blanquirrojos para tartas coloristas y empacho de ensoñaciones, pero este dulce europeo no le amarga a nadie. La frialdad de los números, el peso de la historia en sí, es algo irrefutable. Cuanto menos, desata un desvergonzado cosquilleo por el cuerpo de cada seguidor nervionense: siempre que el Sevilla FC superó la ronda de octavos en su torneo por excelencia, terminó levantando el trofeo. Seis veces cruzó esa puerta, seis entorchados de la Europa League lucen en sus vitrinas. Más que nadie. Es obvio que el tiempo de las apreturas domésticas no ha acabado. Queda mucha tela por cortar en la temporada para remendar el pésimo arranque y planificación perpetrados. Pero este augurio es sabrosísimo, un baño de azúcar que levanta a cualquiera.
El Sevilla conocerá este viernes el nombre de su rival en los cuartos de final en el sorteo de Nyon (Suiza), donde también quedará definido el hipotético cruce de semifinales. Tras la suerte de los bombos, la Europa League no volverá hasta después de Semana Santa. Desde ya, la realidad de LaLiga vuelve a apremiar a los de Sampaoli, sin tiempo apenas para degustar un poco su clasificación. Aguarda otra 'final' por la supervivencia el domingo en Getafe, donde el Sevilla quiere certificar su reacción y cargarse de motivos para pasar un parón tranquilo hasta el regreso de la competición el Sábado de Pasión en el campo del Cádiz, otro rival directo.
El Fenerbahçe, no le quedaba otra, salió a embotellar al Sevilla en su parcela. La puesta en escena de los turcos fue directa, agresiva, imbuida en la atmósfera de un estadio hasta los topes, ensordecedor. Jorge Jesus metió toda la pólvora que pudo, con Batshuayi, Arda Guler y la estrella Enner Valencia como puntales. Lo que no entraba en los planes del técnico luso era la lesión del belga al poco de inaugurarse el partido. Batshuayi estaba siendo de los más activos de su equipo en los primeros minutos, exigiendo a la zaga sevillista por el flanco derecho y llegando con peligro. Pero al cuarto de hora, se rompió en carrera. El atacante del Fenerbahçe se paró en seco y se echó al suelo con la mano en el aductor. El encuentro se acabó de inmediato para él. Una preocupación menos para el Sevilla.
Los de Sampaoli, en cualquier caso, no perdieron la compostura ni se dejaron intimidar por la performance de salida de los locales. La defensa de tres, con Badé, Gudelj y Telles, exhibió la solidez suficiente como para ir esquivando apuros, de forma sobrada, durante casi todo el primer acto. Sólo el evitable penalti de Telles más adelante iba a romper ese equilibrio para dar la bienvenida a los nervios. Hasta el infortunio del brasileño, el Sevilla estuvo cómodo en su guion, esperando sin excesivos agobios atrás y buscando salir a la contra desde los costados de Acuña y Montiel. También con Rafa Mir tirado a la derecha, donde la verdad sigue diciendo bastante poco.
Sí quedaba En-Nesyri bastante aislado como único punta, sin apenas capacidad para asociarse y recibir. El planteamiento del Sevilla, reservón, le daba al menos para nadar y guardar la renta con relativa comodidad. Los turcos tardaron más de media hora en disparar a puerta. Lo hizo Ismail por medio de una vaselina que no inquietó a Dmitrovic. Pero esa especie de conformismo de los visitantes terminó por castigar al Sevilla. Fue de la manera más cruel y menos esperada, ya que el golpe no se originó en un desajuste del sistema, sino que fue producto del error individual de Telles en su toma de decisiones. El brasileño estaba cuajando un buen partido como central, pero se equivocó al estirar el brazo dentro del área en un centro de Kadioglu. El VAR avisó al trencilla inglés Michael Oliver y tras la revisión de la jugada en el monitor el árbitro se fue lanzado al punto de penalti. Ardía el Sukru Saracoglu de Estambul. Enner Valencia no falló para instalar el 1-0 desde los once metros. 40 minutos le duró la tranquilildad al Sevilla.
El propio delantero ecuatoriano acarició el segundo para su equipo antes del descanso, si bien esta vez Telles estuvo sensacional para resarcirse y salvar a su equipo del mazazo que habría equilibrado la eliminatoria. Con la mínima ventaja de los turcos, el choque se fue al intermedio. La prórroga pendía de un hilo; el escenario demandaba personalidad a los sevillistas y a su arriesgado plan de eliminatoria. La reanudación del partido no trajo sino una intensa dosis de sufrimiento con los mejores minutos del Fenerbahçe en ataque.
Los turcos rozaron el gol en tres ocasiones de forma consecutiva nada más arrancar la segunda parte. Una volea de Guler rozó la cruceta derecha de Dmitrovic y acto seguido fue King quien remató por encima de la portería sevillista por muy poco. Con el equipo de Sampaoli conteniendo la respiración, el Fenerbahçe continuó apretando y enlazó una nueva ocasión clara en las botas del goleador Valencia. Su disparó se marchó fuera lamiendo el poste. Eran los peores momentos de agobio para el Sevilla.
Y justo en ese instante, de manera paradójica y vergonzosa, fue la propia hinchada turca la que cortó la dinámica de su equipo. Comenzaron a llover objetos y mecheros en la portería de Dmitrovic hasta que uno de ellos impactó en la cabeza del guardameta nervionense. Sonrojante. Dmitrovic tuvo que ser atendido por las asistencias médicas durante varios minutos. Por fortuna, el serbio, al que se le llegó a ver algo aturdido por el lanzamiento, se recuperó y pudo continuar el choque. Pero el incidente fue realmente bochornoso. Y es reincidente en la competición y con la víctima, ya que el portero del Sevilla venía de ser agredido por un hincha que se saltó al campo en la anterior eliminatoria con el PSV Eindhoven. La UEFA ha de tomar cartas en el asunto ante hechos muy graves que denostan el torneo. Lamentable.
La primera consecuencia fue que, a partir del suceso con Dmitrovic, el rimto del partido y del Fenerbahçe se desplomó... lo peor que le podía ocurrir en esos momento al conjunto turco. El Sevilla volvió a coger la batuta y Acuña, de los mejores en la noche del Sukru Saracoglu, estuvo a punto de empatar el duelo con un latigazo que desvió Altay con un paradón. De ahí al final, nervios y más nervios a flor de piel en los dos equipos, sufrimiento y objetivo cumplido para el Sevilla. El rey de la competición está en cuartos, le pese a quien le pese y con todo lo que ello conlleva... El domingo, toca batallar en LaLiga antes del parón.
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