El lado más psicológico de Almeyda: «No vengo a vender nada, la gente valora que se le diga la verdad»

La felicidad y la alegría, dos conceptos sacados a escena por parte del director de fútbol, Antonio Cordón, en su análisis sobre el mercado, que también han sido valorados por Almeyda en su aplicación al equipo. «Depende de donde lo llevemos, todos queremos ser felices en la vida. Quiero que mis hijas, mi madre a sus 80 años o mis amigos sean felices. Vivimos en un mundo donde no toda la gente es feliz por diferentes motivos. Me canso de hablarle al grupo de la felicidad, la deportiva te la dan los triunfos. Eso permite paz y tranquilidad, que puedas corregir, y seas feliz jugando al fútbol, y consiguiendo resultados», expuso el técnico sevillista, que considera ese apartado como clave para el resultado final: «Hay una verdad, mientras uno es feliz va a rendir más. Si entro en una oficina y veo gente con una raya en medio, este tipo me está dando algo negativo. Lo negativo lo queremos dejar de lado. Creo en ese tipo de energía, lo positivo va a llamar a lo positivo. Cuando se habla de esa felicidad, queremos traer lo positivo desde el juego, desde el convencimiento para sacarse la presión. La sonrisa genera algo en el cerebro. Eso te da otra manera de pensar y ver la vida, pero tenemos que ganar y vamos a ser más felices. Queremos que la gente vaya al estadio a ver algo bueno, los tenemos que convencer para que esté a favor, tenemos uno de los mejores públicos si no el mejor. Hay que trasladar esa felicidad desde la cancha para entre todos tener esa onda positiva».

Sobre ese apartado mental, Almeyda profundizó al relatar lo que le sucedió cuando jugaba en Italia. «Tengo mucha experiencia de eso. Cuando jugaba en el Inter, le dije a Moretti que no quería jugar más y tenía dos años más de contrato. Cuando digo que no vendo humo es así y si lo hago es inconsciente. Es un momento que van a vivir todos los futbolistas, por eso me hice entrenador. Por eso priorizo que amen el fútbol y jueguen hasta donde puedan. Cuando se deja el fútbol, al 95% de los futbolistas los dejan de llamar. Alguna vez para un reportaje o algo. Cuando juegas eres un banco, vas prestando y todos son amigos. Fui amigo de Maradona y al mejor le pasó lo mismo. Si le pasó a él les pasará a todos. Cuando hablan de presión, presión es otra cosa. Presión es que te vean tirado como un perro y nadie lo entienda. Que te digan que lo tenés todo, y no. Desde que soy entrenador y soy psicólogo, detecto al que durmió mal, al que tiene una cara rara porque no lo pongo», contó el argentino.

Almeyda se ha convertido en el jefe del Sevilla, pese a que a él le gustaría quedar en un segundo plano. «No quiero ser protagonista. Desde que dejé ser jugador no me interesa serlo. Ustedes ven las ganas que tengo, las ganas de quedarme mucho tiempo acá, me gusta este lugar, lo viví de una manera triste como jugador y ahora no quiero que sea igual. Tengo un desafío interior. Me gusta venir a esta ciudad deportiva, la ciudad, la afición del Sevilla, todos hablan de ella. Deseo que el resultado me acompañe para hacer cosas importantes. Sé que el momento es complicado, la gente valora cuando uno habla con la verdad. No vengo a vender nada, no lo necesito y no me interesa. No pongo excusas, cuando me equivoco lo diré y cuando no, también. Todos los días pido que vaya bien, quiero estar acá, me gusta», reflexionó Almeyda, que en una buena parte de su comparecencia sacó su lado más humano.