gp argentina
Un piloto argentino vuelve a la élite tras ocho años retirado
Sebas Porto, subcampeón de 250cc en 2004 y retirado dos años después, se sube de nuevo a la moto en Moto2 a los 35 años
emilio v. escudero
Cada minuto se ha convertido en una fiesta en la pequeña ciudad de Termas de Río Hondo. Frente a la cristalera de un restaurante, varias decenas de aficionados exhiben una pancarta y dentro del local la gente comienza a agitarse. «¡Dalé Sebas! Salí a saludar», ... le espeta un acompañante a Sebas Porto, mientras el comedor estalla en aplausos hacia él, el último gran ídolo sobre dos ruedas de la afición argentina, que ocho años después de su retirada ha vuelto a subirse a la moto en el regreso del Mundial a su país.
«Está siendo muy divertido volver a competir», apunta cuando se le pregunta por su experiencia después de tanto tiempo lejos del asfalto. Desde que se fue del Mundial , las motos en Argentina se quedaron huérfanas. Sebas Porto (Santa Fe, 1978), subcampeón de 250 cc en 2004 por detrás de Dani Pedrosa, decidió dejar el Mundial dos años después, cansado de los viajes y el estress que le provocaban las carreras y ahora, el regreso del motociclismo a su casa le ha hecho volver a las pistas.
«Todo es nuevo para mí. No tiene nada que ver el Mundial con lo que había hace diez años», reconoce tras una primera jornada en la que no le fueron bien las cosas sobre la pista. «Aún estoy conociendo la moto. Son muchas cosas nuevas y tengo que adaptarme», afirma el argentino.
Sin moto hasta última hora
De su época, no sólo han cambiado las motos. El dominador del Mundial, Marc Márquez , ni siquiera soñaba con lo que está consiguiendo, mientras que otros, como Jorge Lorenzo, aún estaban haciendo méritos en 125 cc. En la categoría reina mandaba Valentino Rossi para desesperación de Gibernau. Otros tiempos.
Ahora las motos las domina la electrónica y todo es más profesional, pero Porto sigue disfrutando como antaño. «Hace quince años que Argentina no recibía el Mundial de motociclismo y es normal que la gente esté expectante y feliz de ver a sus ídolos», señala el piloto al que poder estar en la pista estos días le ha costado mucho.
Su moto, retenida en la aduana durante casi una semana, sólo llegó a sus manos el día antes de los entrenamientos libres... y eso que juega en casa. Problemas de última hora que a su edad se toma con filosofía. «Disfruto de aquella época, pero también quiero disfrutar ahora», dice el argentino, que a los 35 quiere volver a brillar sobre una moto en el Mundial.
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