Rabat gana en el más difícil todavía

Es el primer líder de Moto2, categoría en la que los tiempos se podrían medir por un cuarto decimal. Sobre la moto se rondaban los dos segundos por vuelta. En la cabeza de Rabat se medía la carrera en cada giro. Paciente y cauteloso, esperó a que se entonaran los neumáticos para trazar su estrategia. Centímetro a centímetro puso el motor a tope para ir buscando su lugar, que no era, ni mucho menos, en la cola del grupo de cabeza.

Era Nakagami el objetivo. Rapidísimo el japonés que se puso a tirar del resto sin contemplaciones. La categoría no espera ni cede. Tampoco el piloto de Idemitsu Honda, que defendió su plaza con todas sus armas. Había un hueco que escapó a su control: Rabat. Constante en su persecución, sufrió con Nakagami molesto por su adelantamiento. El japonés lo intentó todo, por dentro y por fuera, en las rectas y en las curvas. Rabat no cedió, no podía traicionar la costumbre: si hay primera posición en la salida, hay premio en la carrera (Jerez y Malasia en 2013; y Qatar).

En su carrera 127 logra su décima victoria en su carrera en Moto2, lidera la clasificación y pone la primera bandera española en lo más alto del podio. «Hemos sufrido mucho. Tito ha hecho una mala salida, pero ha ido tranquilo. No hay tregua en esta modalidad», confesaba el padre del campeón de Qatar. Un Gran Premio en el que surgen ya nombres que aspiran a todo en su debut. Maverick Viñales, recién ascendido de la categoría más pequeña, celebró su quinto lugar como aprendizaje e invitación a seguir al mismo nivel.