Mariano García: «Las ovejas me saludan, me dicen que vaya con ellas cuando salgo a correr»

¿Cuál es su objetivo para la carrera de Bruselas?

Lograr una gran marca. Seguro que se sale a un ritmo fuerte, 50 ó 51 segundos la primera vuelta. Esto es una prueba 'Diamond'.

¿Le sorprendería batir el récord de España?

No. Tengo una gran marca en mis piernas. He entrenado de lujo y la verdad es que no me sorprendería batir el récord. 1:43.65. ¿Por qué no? Sería un gran cierre a la temporada. Luego, vacaciones y ya volveremos en octubre para correr algunas millas sobre asfalto.

Ha hecho un gran año. ¿Dónde ha estado la clave?

En la paciencia, en una continuidad de trabajo, de varios años. Las cosas no salen de la noche a la mañana. El Europeo fue siempre el gran objetivo del año, toda mi planificación fue encaminada a ello. De hecho, yo no quería ir a los Mundiales de Oregon. Fui para ganarme la plaza para Múnich.

Fue a Múnich y se colgó el oro.

Sí. Y el secreto estuvo en que fui resistente y me coloqué bien desde el principio. Me puse en cabeza, tiré fuerte y me acordé de cuando lo hago en los entrenamientos, en las series que realizo en la pista.

¿Qué sensaciones le ha generado el título europeo?

Pues que todo el sufrimiento de la preparación, del trabajo duro, al final sirve para algo.

Decía Sebastian Coe que en la competición no se sufre...

Estoy de acuerdo. La competición dura menos de dos minutos. Lo duro es el trabajo repetido en la pista, serie tras serie.

Ha aprendido a moverse muy bien en carrera, a situarse a la perfección.

Sí. La clave es competir mucho. Así aprendes. Cada vez te colocas mejor. Es a base de probar y fallar. Fallar muchas veces.

Como en la vida...

Sí. En la vida te vas equivocando, una, dos, tres veces... así aprendes.

En una carrera de 800 metros ¿en qué momento se da cuenta de cómo se encuentra, de cómo va a correr?

Muy pronto. En el primer 100 ya lo noto. Me acuerdo que este año, en la carrera de Birmingham sólo había dado tres pasos y ya me di cuenta de que las piernas no me iban. Y mi entrenador se suele dar cuenta enseguida. Más tarde, en la campana, ya sabes más o menos cómo va a ir la cosa.

Declaró en la revista ´Corredor´ que su futuro está en los 1.500 e incluso en los 3.000 obstáculos.

¡Claro! Eso será después de 2024, o sea de los Juegos de París. Ese es el plan. Con el paso del tiempo la velocidad se acaba, pierdes la chispa. En el futuro me gustaría hacer 1.500 en pista cubierta y 3.000 obstáculos en los campeonatos de verano.

¿Cuánto haría ahora en un 3.000 obstáculos?

Yo diría que haría mi marca, o sea, 8:57.

¿Se mete muchos kilómetros?

Mi máximo semanal está en 100 ó 120, en época de carga.

¿Qué entrenamientos le gustan?

En pretemporada las series de 2.000 metros. Y ya cuando hay que afinar pues las de 150 metros o 200. En esas, la gente suele vomitar. Yo no. A mí me pesan los brazos.

¿Cuida la dieta?

Sí. Por ejemplo, a mi me encantan los calamares a la romana, con patatas. Hasta ahora no he podido comerlos, ¡pero ya vienen las vacaciones y me saltaré la dieta!

¿Cómo ve el momento actual del atletismo español?

Ahora estamos subiendo en todo, también en velocidad. Estamos en progresión, mejorando. Quizá en algún lanzamiento nos faltaría mejorar el nivel.

El 800 cuenta con gente muy buena en España, no sólo usted. Adrián Ben, Álvaro de Arriba, ¿qué destacaría de ellos?

De Álvaro resaltaría su tranquilidad antes de competir en los grandes campeonatos. Se le ve supertranquilo. Y yo soy puro nervio. De Adrián lo impresionante es cómo sabe mantener la cabeza fría en las carreras rápidas. Se queda a cola y sabe esperar. A mi me daría miedo. Se me van dos metros y ya me pongo nervioso.

¿Qué tiene Murcia que genera atletas de élite ahora con tanta facilidad?

Son muchos factores. Pero yo lo resumo en buenos entrenadores y un trabajo de años que está saliendo ahora. En categorías menores se está trabajando muy bien. Salen buenos chicos que aprietan bastante. Como este muchacho del altiplano, Mario Monreal, de Jumilla, que corrió muy bien los 3.000 metros en los Mundiales sub-20.

Su entrenador, Gabi Lorente, también prepara a Katir, aunque parece que no coinciden mucho.

Es que su pueblo está lejos, como a 50 minutos. La única vez que coincidimos entrenando fue en abril. Yo le hacía de liebre, corría series de 200, tiraba de él y él seguía hasta el 300.

¿Eso fue en su mítica pista triangular de tierra?

No. Los entrenamientos de calidad los hacemos en tartán. En Cartagena o en Alhama.

¿Y qué destaca de Katir?

Es muy bueno en cualquier distancia. Y tenemos un gran entrenador, yo tengo mucha confianza en él.

¿Qué atletas admira?

Juan Carlos Higuero y Fermín Cacho. Han sido mi referencia. A Cacho pude conocerlo hace poco, en la última Carrera de San Antón.

¿Sigue otros deportes?

Claro. Alcaraz y Nadal, en tenis. Y en motos, el murciano Pedro Acosta.

Usted sigue viviendo en Cuevas de Reyllo, en su pueblo. ¿Cree que esto puede cambiar en el futuro? ¿Cree que los éxitos le pueden empujar a la ciudad?

Yo de mi pueblo no me muevo. Estoy muy tranquilo, aquí. Es verdad que las conexiones son mierderas, pero esta tranquilidad en otro sitio no la encuentro. Por ejemplo, cuando me voy a una concentración siempre estoy deseando acabar para estar en mi pueblo, con mi gente. En Cuevas de Reyllo se está muy bien.

¿Qué le gusta hacer fuera del atletismo?

Descansar y estar por el pueblo. Salir a mirar los caminos. Me gusta 'mirar a la ná', mirar a los campos. Me subo a un montecillo y disfruto viendo las ovejas. Las ovejas me saludan, me dicen que vaya con ellas cuando salgo a correr. Tengo buena amistad con las ovejas.